Antes de los libros era más fácil leer

Cómo estamos en la era de Internet, no es necesario decir el día, ni el año, ni la hora, ni el lugar en donde se leyó el primer texto escrito, ya fuere este en piedra, en cuero, en piel humana o sobre la tierra húmeda para que nos ubiquemos temporalmente en la brevedad que pienso contar. Es mejor así, créanme, el pasado es un lugar en donde todo puede suceder, el paso de aquí para allá, por cuestiones laborales, y él ha visto cosas que ni siquiera mis ojos dan por ciertas ni han podido sustentar luego. Lo que sí es necesario ahora es contar lo que la primera vez que me enfrenté a un texto escrito. No se trató de una ronda infantil o una oración cristiana para niños bienportados. Era más bien una frase corta y simple sin autor: ya te levantaste: nunca dejarás de andar. Me fue suficiente para notar que ya nadie me sostenía para que no perdiera el equilibrio. Me bastó para ver más allá del horizonte. Supe que ya no soy mío sino del mundo.
Desde entonces, no necesito nada más repetir el ritual, tantas veces como yo lo permita mi fuerza, sin importar la plataforma a la que tenga que acudir para lograrlo. Ahora lo llamanmos leer, pero antes de que existieran los libros tenían otro nombre. No hay por qué preocuparse, dentro de cinco años tendré otro y se sorprenderá de que ustedes, como yo, hayan tenido que llegar hasta aquí, empezando por el título, para poder lograrlo.
La última frase que dice antes de empezar a escribir esto fue: antes de que los libros sean más fáciles de leer, como lo fueron antes de ellos. Y empecé a escribir.

Sergio Marentes21 Posts
Editor y director editorial del Grupo Rostros Latinoamérica. Es poeta y narrador. Lector irredento.
0 Comentarios