Ariana Neumann le da voz a la gente que la perdió

Todo comenzó como un juego de detectives cuando era una adolescente, lo que Ariana Neumann nunca imaginó era que conocer el pasado de su padre, el exitoso empresario checo que tanto amó a Venezuela, Hans Neumann, iba a convertirse en una búsqueda de su propia identidad.

En entrevista a QuéLeer, la escritora venezolana, Arianna Neumann, radicada en Londres revela cómo venció el miedo a hablar sobre el Holocausto y también sobre los momentos de oscuridad y luz que descubrió en la investigación sobre su padre.

Su ópera prima, Cuando el tiempo se detuvo (When Time Stopped) habla de realidades, de búsquedas y hallazgos. Sin duda, un testimonio conmovedor que le dio tranquilidad y paz a su presente.

Cuando el tiempo se detuvo de Ariana Neumann

¿En qué momento tu padre se convirtió en inspiración para escribir un libro?

El libro no comenzó siendo un libro sino una búsqueda de identidad, un intento personal de solucionar los misterios del pasado de mi padre. Mientras hacía la investigación descubrí unas historias maravillosas de luz, amor y valentía acerca de mi padre, de mi familia y de sus amigos. Pensé que debería dejarlas todas escritas.

¿Cómo venciste el miedo a investigar sobre el Holocausto?

Creo que eventualmente la curiosidad, el afán de conocer como mi padre sobrevivió la guerra, se hizo más fuerte que el miedo. A medida que leía los documentos me fui dando cuenta que en el medio de la oscuridad del Holocausto y la Segunda Guerra había destellos de luz, amor y humanidad. La promesa de esa luz fue lo que me inspiró a seguir investigando y entrevistando a gente alrededor del mundo.

¿Por qué crees que él guardo silencio sobre su pasado?

Porque el trauma de sobrevivir de la manera que lo hizo, y de perder a la mayor parte de su familia fue enorme. Mi papá me quería proteger de los horrores que había vivido y, al fin y al cabo, se estaba protegiendo él también.

¿En qué religión te educaste? Has dicho que en tu familia no se hablaba de religión y ni de tradiciones.

La familia de mi madre es católica. Yo estudie en un colegio de mojas ursulinas en Caracas. Me bautizaron en una Iglesia en los Dos Caminos y a los 10 años hice mi primera comunión.

¿Crees que tu padre al haberte dejado todas esas pistas en una caja quería que descubrieras por tu cuenta la verdad de la familia?

Mi padre sabía que yo tenía preguntas, preguntas que él no me pudo contestar en vida. Dejarme la caja con sus documentos de la guerra fue su manera de darme permiso para que buscara la verdad acerca de nuestra familia.

Tu papá se esconde en un cuarto para evitar ser deportado y logra huir con mucha valentía a Berlín. Tu papá se reinventa en Venezuela y logra destacar como empresario y filántropo. Tu papá fue un hombre valiente con una osadía increíble. ¿Es tu libro un homenaje para él?

Mi papá fue siempre muy osado y valiente. No sé si describiría el libro como un homenaje a mi padre. No lo concebí de esa manera, pero entiendo que tal vez, de alguna forma, lo sea. Para mí fue una manera de darle voz a gente que la perdió. Es un homenaje a toda la familia, a aquellos que no pudieron contar sus historias, pero también es un homenaje a la gente buena y valiente que ayudó a mi familia en los momentos más terribles.

Como en todas las familias, en la tuya hubo oscuridad y luz. Cuéntame un momento oscuro y uno luminoso.

Un momento oscuro fue ir con mi padre en 1990 a la estación de Bubny en Praga (de donde deportaron a su familia) y verlo sollozando de tal manera que era incapaz de hablar. Momentos de luz tengo millones, mi infancia en la Venezuela llena de potencial y positivismo de los 70 y 80 en Caracas estuvo repleta de sol, amor y alegría. Mi investigación también estuvo llena de tantísimos momentos de luz, cuando conocí a primos alrededor del mundo que no sabía existían, o me hice amiga de los hijos y nietos de las personas que ayudaron a mi padre durante la guerra, por ejemplo.

¿Cuál es el origen de la historia del nombre de Montana?

Pinturas Montana C.A. se llama así porque mi papá y su hermano Lotar montaron la compañía al emigrar de Praga en 1949, y la fábrica que había sido fundada por mi abuelo en la Checoslovaquia de los años 20 se había llamado también Montana.

¿Qué representó Venezuela para tu padre?

Venezuela fue el país que lo acogió como refugiado. Él y su familia habían tratado de emigrar a Estados Unidos en 1938 pero habían sido rechazados. Después de la guerra Venezuela le brindó la oportunidad de rehacer su vida, y lo dejó que se hiciera y se sintiera venezolano. A mi padre no le gustaba etiquetarse, pero aun así siempre decía, con gran orgullo, que Venezuela era su país y que él era venezolano. Era cómico porque eso lo decía con un fuerte acento checo, pero la verdad es que siempre se sintió muy agradecido hacia ese país que se convirtió en el suyo y que le dio tanto.

 

¿Qué representa tu padre para ti?

Mi padre representa lo mismo que representa cualquier padre admirado y querido para una hija. Es una de mis primeras fuentes de alegría y amor, lo llevo conmigo siempre en mi corazón, es mi papá querido, él que me hacía reír y volar de chiquita cuando me tomaba de las manos con las suyas y me daba vueltas en el jardín.

¿Qué es lo que más admiras de él?

Su osadía, su tenacidad, y su capacidad de mantenerse positivo siempre y a pesar de las condiciones a su alrededor.

¿Cuál es el mejor aprendizaje que has obtenido de tu experiencia como escritora?

Que lo importante al escribir es conectar con el lector y las historias que uno cuenta. Lo que nos queda al leer son las conexiones, las emociones y las historias. También he aprendido que hay que tener paciencia con uno mismo, con los otros y con el tiempo. Y que, si uno no se atreve y no toma riesgos, nunca va a lograr nada. Yo creo que nos arrepentimos de lo que no intentamos, de lo que no dijimos.

Ariana Neumann, hacia el futuro, te has planteado en seguir escribiendo, y si es así, sobre qué tema lo harías.

Estoy justamente metida de cabeza en una investigación para un segundo libro. Si se llega a dar va a contar un episodio insólito de la segunda guerra y de cómo tratamos a los refugiados. Va a hablar de las vicisitudes de la identidad y del destino, de las historias y los silencios en las familias. Está basado en hechos reales y me voy a enfocar en tres personas muy distintas conectadas por la suerte.


Ariana Neumann: Nació y creció en Venezuela. Tiene una licenciatura en Historia y Literatura Francesa de la Universidad de Tufts, una maestría en Literatura Española y Latinoamericana de la Universidad de Nueva York y un PgDIP en Psicología de la Religión de la Universidad de Londres. Trabajó como corresponsal en el extranjero para The Daily Journal de Venezuela y sus escritos han aparecido en una variedad de publicaciones, incluidas The European, Jewish Book Council y The New York Times.

Actualmente vive en Londres con su marido, tres hijos, un basset fauve de Bretagne, un border terrier y un perro callejero de rescate.

When Time Stopped es su primer libro.

Patricia Chung

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