Carlos Suñer nació el 13 de abril de 1962 en Caracas. Estudió en el colegio San Ignacio de Loyola en Caracas, se graduó de ingeniero mecánico en la universidad Simón Bolívar, e hice un postgrado en Administración de Empresas en la Universidad Católica Andrés Bello.

Enamorado de la palabra y la poesía, en el 2010 ganó el VIII Concurso de Autores Inéditos de Monte Ávila, mención poesía, con el libro Máquinas Prodigiosas y a finales del 2016  publicó su segundo poemario Seis días en el fondo del mar.

¿Qué le hizo saber que se dedicaría a ser escritor?: Advirtiendo que soy un escritor aficionado, diría que el día que terminé de escribir por curiosidad, mi primer poema, supe que aunque no me dedicara a escribir, profesionalmente hablando, quería hacerlo, y lo haría, por mucho tiepo.

¿Qué es lo más difícil de ser escritor?: Tratar de decir algo que no se haya dicho demasiadas veces antes.

¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?: Varias. Siempre de noche. En los aviones (viajo por trabajo).

¿Tiene alguna musa de inspiración?: Todo lo que veo es potencialmente una fuente de inspiración en algún momento.

¿Cuál es su género favorito para escribir?: No he escrito nada diferente a poesía, por ahora.

¿Cuáles autores lo inspiraron para escribir?: Eugenio Montejo y Pablo Neruda.

¿Qué está leyendo?: Falcó, de Arturo Pérez Reverte (novela). Antología poética de José Hierro.

¿Qué libro no pudo terminar de leer?: Ulises de James Joyce.

¿Qué razón lo motiva a escribir?:Una pregunta complicada. A los escritores famosos o consagrados se les permiten respuestas ocurrentes y originales, que no siempre nos dicen algo al resto de los mortales. Como no soy famoso ni consagrado, me queda intentar una respuesta que aunque sea aburrida, sea genuina: escribo porque tengo la vana esperanza de perdurar a través de lo que escribo, de que me recuerden, y en consecuencia, de alguna manera pueda vencer a la muerte. Escribo porque temo morir.

¿Cuál es el mejor lugar para escribir?: Una buena mesa, una buena silla y mi computadora y silencio. Y de noche.

Un libro para soñar: La Historia Interminable, de Michael Ende.

Un libro para leer en el baño: En el baño se leen revistas, no libros.

Libro de papel o electrónico: Papel (la edad no perdona).