Casi igual pero diferente

Leyendo el titular del periódico de ayer me vino a la mente un título de una serie de cuentos policiacos que leí de joven con el hambre característica de la época. Los diferencian que en el periódico habían encontrado al autor material muerto con una nota que lo explicaba y, además, que lo inculpaba como autor intelectual también. Como era de esperarse la policía le creyó y todo quedó así. Entonces busqué los cuentos en una caja vieja y, tras darles una ojeada rápida de lector lento, encontré le mismo caso. Casi el mismo caso.
En el cuento, el policiía no creía nada de lo que veía y lo investigaba a fondo hasta las últimas consecuencias. Eso lo hacía transitar por el bajo mundo, el mercado negro y hasta por la sangre azul hasta que, a punto de morir torturado, escucha el nombre de quien ordenó el asesinato, que fue parte de una serie de muertes organizadas, y el porqué. No puedo ni debo decir más porque todavía no releo el final, y uno nunca sabe cómo pueden cambiar los libros con el tiempo. Además que hablar más de la literatura que de la realidad es casi un delito en mi país. Así que, como cabe esperar, terminaremos creyendo lo que nos diga el periódico si así lo ordena el libro sagrado de la realidad.
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