“Un clásico es algo que todo el mundo quisiera haber leído, pero nadie quiere leer”, escribía Mark Twain. Sin embargo, resulta incuestionable el valor que esos libros aportan a la formación intelectual y estética de todos los seres humanos.

Muchas personas me han revelado su reiterativa intención de acercarse a los clásicos y sus continuos fracasos. Para que nuestra aventura con los clásicos sea exitosa y no esté condenada al naufragio es necesario que tomemos en cuenta los siguientes aspectos:

✓ Tu «competencia lectora».

Haz un esfuerzo por escoger un clásico que despierte tu curiosidad o que responda a alguna inquietud personal, teniendo en cuenta tu nivel de lectura. Si eres una persona que no tiene el hábito de leer, no te pongas como meta iniciar con la Ilíada, será un comienzo traumático y una aventura fallida. ¡Escoge un clásico que esté acorde con tu competencia lectora!

✓ Investiga antes de escoger.

A veces es importante leer reseñas o sinopsis del libro antes de decantarte por alguno. Fíjate que cuando vamos a un restaurante, en muchas ocasiones, el nombre de un plato no nos dice nada. Con la ayuda del mesero y con una descripción más detallada de los ingredientes, el apetito se abre y somos capaces de escoger el plato más acorde con nuestro gusto o antojo en el momento… Lo mismo pasa con los libros. Lee, investiga, indaga sobre el clásico y escoge aquel que por su historia te llame la atención.

✓ No aplaces la cita.

Los clásicos son libros perennes que te acompañan a vislumbrar el pasado, pero que también te ayudan a comprender tu presente y el de tu entorno. No pospongas la cita con un amigo que te ayudará a mirarte por dentro y te enseñará a cruzar los puentes para “reconocer” a los demás…

✓ Date un paseo por librerías independientes.

Te sorprenderás de la oferta editorial que hay en esta materia. Encontrarás ediciones ilustradas por maravillosos artistas. Estoy segura de que el trabajo visual y el cuidado estético plasmado en esas ediciones te animarán a emprender un viaje por estos libros…

No hay por qué tenerle miedo a los clásicos, anímate a fijar un encuentro con libros que se convertirán en compañeros de toda la vida.