David Huerta, Premio FIL En Lenguas Romances 2019

David Huerta fue galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2019 por su “ímpetu, pasión y fraterna inteligencia”.
El poeta mexicano recibirá un premio de 150 mil dólares que le será entregado en el marco de la 33ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara que se celebrará entre el 30 de noviembre y el 8 de diciembre.
David Huerta, poeta mexicano
David Huerta (Ciudad de México, 1949) es uno de los referentes de la poesía mexicana contemporánea. Es hijo del también poeta Efraín Huerta. Él ha impartido cursos en la Fundación Octavio Paz y la Fundación para las Letras Mexicanas. Además ha sido colaborador de diversos periódicos y semanarios mexicanos. Es traductor y ensayista.
Huerta es autor de los libros: El jardín de la luz (Universidad Nacional Autónoma de México, 1972); Cuaderno de noviembre (Era, 1976); Huellas del civilizado (La Máquina de Escribir, 1977); Versión (Fondo de Cultura Económica, 1978); El espejo del cuerpo (Universidad Nacional Autónoma de México, 1980); Incurable (Era, 1987); e Historia (Ediciones Toledo, 1990), Premio de Poesía Carlos Pellicer, 1990.
Fue becario del Centro Mexicano de Escritores (1970-1971) y de la Fundación Guggenheim (1978-1979). Realizó estudios de Filosofía y Letras Inglesas y Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha sido Secretario de Redacción de la Gaceta del Fondo de Cultura Económica y Coordinador de talleres literarios en la Casa del Lago, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Herencia poética
La edición anterior del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances fue para la poeta uruguaya Ida Vitale y es la primera vez que el galardón es otorgado por dos años consecutivos a poetas.
Ida Vitale gana Premio FIL Guadalajara 2018
Según dictaminó el jurado, la obra de David Huerta se caracteriza por: “Su dominio y asimilación de las más diversas tradiciones de la modernidad y las vanguardias literarias latinoamericanas y otras lenguas, como la francesa y la estadunidense”, convierten a su obra en una “ejemplar anomalía que ha problematizado todo discurso poético”.
Al ser consultado sobre este premio, David Huerta, criticó que en su país exista “cierto desdén” por la poesía y por los poetas, por eso decide recibir este premio a nombre de sus colegas poetas.
Afirma que su único mérito para acreditarse el premio “es escribir constante, continuamente a lo largo de mi vida, y hacerlo bien”- afirmó.
A punto de cumplir 70 años, Huerta destaca la figura de su madre, Mireya Bravo, como su gran guía e influencia. Le dedicaría el premio a la “autora del autor”, porque ella fue quien lo formó desde la niñez en presencia de su abuela Ana. Dijo que su madre le heredó “enseñanzas de todo tipo” ya que fue una fantástica persona, muy culta y gran lectora.
La noche del cuerpo
de David Huerta
En la noche del cuerpo se preparan
los alimentos de Dios,
la cena carmesí de los esclavos, el místico bocado
de los turbios amantes-
sudor, lágrimas, mierda-
el humus lento, el óvalo marchito,
el resto náufrago del visionario,
el regalo sedente
que se posa en la tierra-
un vapor de Demonios
rodea los Testimonios.
En la noche del cuerpo
se preparan de nuevo
para sus explosiones
diurnas, para el momento
en que habrán de salir
entre el humo feroz de su estallido.
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