Deshojando “Las flores del mal” de Charles Baudelaire

Deshojando Las flores del mal. Hace 164 años, el 25 de junio de 1857, se publicaba por primera vez el poemario de Charles Baudelaire (1821 – 1867). La sociedad francesa se sacudió profundamente con esta poesía cargada de excesos, amor y sufrimiento. El autor siente rechazo y escribe para atacar a una sociedad decadente e hipócrita.
Deshojando Las flores del mal
Con Baudelaire inició la poesía moderna, es considerado el máximo exponente del simbolismo. Él inspiraría a autores como Rimbaud, Verlaine, Mallarmé, Apollinaire, entre muchos otros.
La primera edición fue secuestrada y su autor condenado a pagar 300 francos. Los editores tuvieron que suprimir de las ediciones posteriores seis de sus poemas que hablaban de la desnudez femenina y de las relaciones lésbicas.
Sobre Baudelaire
Poeta y ensayista francés que además de su obra cumbre, nos legó Los paraísos artificiales (1860) y Los despojos (1866). Su obra fue breve.
Integró el grupo conocido como ‘poetas malditos’ de la Francia del siglo XIX. Fue un autor que se caracterizó por sus excesos a todo nivel y la vida bohemia que llevó, incluyendo su escandaloso romance con la joven mulata Jeanne Duval.
Cuando nació, su padre, el ex seminarista y profesor Joseph-François Baudelaire, tenía 62 años de edad y su madre, Caroline Dufaÿs, 30 años.
La sirvienta del hogar familiar, Mariette lo educó en su infancia. Influyó en él y la evoca en su libro Las flores del mal.
Su influencia: Joseph de Maistre (1753 – 1821) y Pierre Jules Théopile Gautier (1811 – 1872).
Mientras realiza estudios universitarios, Baudelaire comienza a frecuentar prostíbulos y se acerca a las drogas. Su padrastro decide enviarlo a Calcuta y alejarlo de ese ambiente. Sin embargo, el escritor nunca llegó a ese destino porque se regresa a París.
Destacó como crítico de arte y contribuyó a la fama del pintor Delacroix con su primera: obra El Salón (1845).
Fue traductor por veinte años de las obras del escritor estadounidense Edgar Allan Poe.
Comprometido con la Revolución de 1848.
En el último año de su vida perdió el habla tras sufrir un ataque de hemiplejía.
Manet incluyó a Baudelaire en su cuadro Música en las Tullerías (1862).
Una carta de suicidio escrita por Baudelaire a los 24 años en 1845, fue subastada en 2018 por 234.000 euros, triplicando el precio máximo inicial. El poeta se autoinfligió una puñalada que, afortunadamente, no resultó mortal.
Radiografía a las flores
Tema
- La obra está inspirada en los barrios más decadentes de Paris del siglo XIX.
- Prostitución y drogadicción (opio, hachís, láudano) para escapar de la terrible realidad.
- Recuerda a una prostituta calva y bizca con la que mantuvo relaciones durante mucho tiempo llamada Sarah.
- Paisajes tortuosos y decadentes.
- Sentimientos de soledad, persecución, incomprensión e indiferencia.
- La ignorancia del hombre se ve reflejada a través de sus pecados.
- Extravagante visión del amor, el mal y la muerte.
- Postura ante una sociedad decadente y muy hipócrita.
Recursos literarios
- Los poemas utilizan la narración y la descripción.
- El estilo es clásico y su contenido es considerado como romántico.
- Esta obra se ubica en el Romanticismo, Parnasianismo y Simbolismo, empleando el símbolo para eludir la realidad (muerte, soledad, tiempo) por medio de las sensaciones.
- En cuanto a la métrica, predomina el soneto, con el cual expresa rimas francesas (masculinas y femeninas). También emplea serventesios, tercetos y cuartetos.
- Baudelaire es precursor del verso libre en la poesía francesa. Todo un cambio en la métrica tradicional, combina heptasílabos y eneasílabos.
- Sinestesia, es la relación entre las sensaciones de sentidos distintos, el recurso que más utiliza.
- Antítesis incluso desde su mismo nombre (odio/amor, flores/mal).
- Oxímoron al combinar dos palabras con sentidos opuestos (fuego helado).
- Metáforas, comparaciones y personificaciones.
Deshojando Las flores del mal
El libro contiene los poemas que Baudelaire escribió entre 1840 y 1866.
Los poemas que le censuraron aparecieron luego con el nombre de Los desechos.
El título del libro constituye una metáfora y una ironía a la vez. Desde la antigüedad, se hablaba de las flores de la juventud, del amor como una constante simbólica. Sin embargo, en la obra de Baudelaire representan una exaltación del mal, una aproximación al satanismo.
El poeta parte de una cosmovisión romántica en la que es un ser apartado de la sociedad burguesa y busca el camino del mal: a través de la búsqueda de la autodestrucción, el malditismo, una conducta amoral (bebida, drogas, lujuria), que ve como un modo de inspiración.
Ese deseo de evasión despierta en el autor su interés hacia los aspectos más sórdidos de la sociedad (la enfermedad, la muerte, las clases bajas, la drogas, la delincuencia).
Las flores del mal contó con 3 ediciones, la de 1857, la de 1861 sin los poemas censurados y su edición póstuma con 151 poemas.
Distribuidos así: Spleen e ideal: 88 poemas, Cuadros parisinos: 18 poemas, El vino: 5 poemas, Las flores del mal: 12 poemas, La rebelión: 3 poemas, La muerte: 6 poemas.
Baudelaire sorprendió por su originalidad a una sociedad que no estaba preparada. Vive su vida al límite y eso lo refleja en su novela.
Su madre Caroline, nunca se recuperó de los efectos del escándalo por la publicación del libro. Baudelaire vivió siempre bajo la sombra de los juicios morales, sin saber que, con su obra, abría una puerta a la nueva poesía, al simbolismo y al surrealismo. Después de todo, sus malditas flores son una alquimia entre la belleza y la oscuridad que sirvieron de inspiración hasta nuestros días.
Deshojando Las flores del mal
Tres de los poemas censurados en 1857.
Mujeres condenadas delfina e hipólita
Tendida a sus pies, tranquila y llena de gozo,
Delfina la cobijaba con ardientes miradas,
como una bestia fuerte vigilando su presa,
luego de haberla, desde luego, marcado con sus dientes.
Siento fundirse sobre mí pesados terrores
y negros batallones de fantasmas esparcidos,
que quieren conducirme por caminos movedizos
que un horizonte sangriento cierra por doquier.
Lesbos
¿Quién entre los Dioses osará, Lesbos, ser tu juez
y condenar tu frente pálida de extravíos,
si sus balanzas de oro no han pesado el diluvio
de lágrimas que al mar han vertido tus arroyos?
¿Quién entre los dioses osará, Lesbos, ser tu juez?
¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y de lo injusto?
¡Vírgenes de corazón sublime, honor del archipiélago,
vuestra religión como otra cualquiera es augusta,
y el amor se reirá del Infierno y del Cielo!
Las joyas
Con los ojos en mí, cual tigre domado,
con aire vago y soñador ensayaba posturas,
y el candor unido a la lubricidad
añadía un nuevo encanto a sus metamorfosis;
y sus brazos y sus piernas, y sus muslos y sus caderas,
como el aceite pulido, ondulantes como un cisne,
pasaban ante mis ojos clarividentes y serenos;
y su vientre y sus senos, esos racimos de mi vid,
avanzaban, más zalameros que los Ángeles del mal.
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