Dos visiones: dos escritores venezolanos en el Bogotá39

Rodrigo Blanco Calderón

QUÉ LEER entrevistó a dos talentosos escritores venezolanos que han sido reconocidos con diversos galardones. A ellos los une el Hay Festival de Colombia ya que ambos han integrado el grupo Bogotá39 que reúne a los  mejores narradores latinoamericanos de ficción menores de 39 años. Rodrigo Blanco Calderón fue seleccionado en la primera edición del  2007 mientras que  JM Soto integra la más reciente lista publicada este 2017.

Rodrigo Blanco Calderón

(Caracas, 1981) Escritor, editor y profesor universitario. Ha publicado los libros de cuentos: Una larga fila de hombres, Los Invencibles  y Las rayas. Ha  recibido diversos reconocimientos dentro y fuera de Venezuela. En 2006 ganó el concurso de cuentos de El Nacional, en su 61ª edición, con el relato “Los golpes de la vida”,  en 2013 fue escritor invitado del International Writing Program de la Universidad de Iowa. En 2014, su relato “Emuntorios” fue incluido en Thirteen Crime Stories from Latin America, el volumen número 46 de la prestigiosa revista McSweeney’s. Actualmente, realiza estudios doctorales de lingüística y literatura en la Universidad París XIII. En junio de 2016 recibió el Premio Rive Gauche à París du livre étranger por su primera novela The Night.

Han transcurrido 10 años desde que fuiste escogido por el Hay Festival de Bogotá por ser uno de los mejores 39 escritores latinoamericanos menores de 40 años. ¿Cuál fue la proyección profesional que lograste gracias a ese reconocimiento?

Formar parte de Bogotá 39 fue un momento muy importante en mi vida. Me brindó la oportunidad de conocer a algunos escritores que ya eran una referencia clave en mis lecturas, como Andrés Neuman y Jorge Volpi, así como entrar en sintonía con muchos otros escritores a quienes no conocía, cuyas obras también me acompañan hoy. Ese evento fue una gran ruptura de las absurdas fronteras, sobre todo comerciales, que separan a los escritores latinoamericanos. Y representó mi primer encuentro con la ciudad de Bogotá, que desde entonces quiero mucho.

-Bogotá39-2017  incluyó un solo escritor venezolano al igual que hace 10 años mientras que otros países como México, Colombia y Argentina tienen una mayor representación. ¿A qué crees que se deba eso?

En B39 de 2007 incluyeron a dos venezolanos: a Slavko Zupcic y a mí. Dicho esto, sí es cierto que esos países que mencionas tienen una tradición literaria y un mercado editorial y un auditorio crítico mucho más grande que los de Venezuela y los demás países de América Latina. Las razones de esta desproporción son varias y muy difíciles de explicar aquí. Pero tengo fe de que esta especie de aislamiento de nuestra literatura está cediendo. Las listas de autores son importantes, pero sin el sustento de obras sólidas al final son sólo eso: listas de nombres. De modo que el trabajo más importante se está haciendo.  

-¿Cuál crees que es el mayor impedimento que tienen los escritores venezolanos para darse a conocer de manera internacional? Talento hay de sobra.

El mayor impedimento era el no haber tenido en tiempos de democracia y relativa prosperidad la necesidad de salir mucho del país, ni de bregar en el mundo editorial por lograr una publicación. Pero reducirlo a esto sería una irresponsabilidad mía. Insisto, el tema es largo y demasiado complicado como para abordarlo en tan poco espacio.

-Actualmente vives en París, Francia, ¿En cuáles proyectos literarios trabajas?

En una novela y en un par de libros de ensayos.

-Saltaste del cuento a la novela con tu obra The Night. En esa obra destacan las obsesiones, el destino inexorable, las frustraciones. ¿Es Caracas, un tema que te inspira?

Sí, Caracas es mi ciudad natal. La ciudad donde crecí y me formé y donde vive mi familia. Estoy atado a ella, gustosamente, de por vida. 

-¿Cuán exigente fue para ti pasar de escribir cuentos a escribir novelas?,

Fue el mismo nivel de exigencia. Lograr un equilibrio de contenido y de forma que atrapara al lector. 

-Has declarado que The Night se inspiró en la vida de un poeta venezolano del que no se ha escrito mucho, llamado Darío Lancini. Cuéntanos sobre su relevancia.

Darío Lancini fue uno de los escritores más interesantes de la segunda mitad del siglo xx. Alguien que congenió una vida involuntariamente aventurera con un rigor formal en la escritura. Estuvo preso cinco años durante la dictadura de Pérez Jiménez, luego formó parte del grupo Tabla Redonda, fue pintor y sobre todo, el mayor palindromista en idioma español.

-Escritores venezolanos. ¿A quiénes has leído?

A muchos, por supuesto. La literatura venezolana es parte esencial de mi formación como lector. Habría que precisar de cuáles épocas estaríamos hablando. 

-¿Piensas volver a Venezuela al terminar tu proyecto actual?

Me encantaría volver a vivir en Venezuela. Por ahora, no está planteado a corto plazo. Ya veremos. 

-¿Qué opinas de los medios digitales para promover y difundir la labor de los escritores?

Son eso, los medios actuales por donde se difunden las noticias y a veces los contenidos. Mientras se entiendan como tales, como medios, y no como fines en sí mismos, no veo ningún problema en su uso y aprovechamiento.

 

JM Soto

JM Soto

(Caracas, 1982) Escritor, corrector, profesor universitario. Ganador del VII Concurso Nacional de Cuentos de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (Sacven) y del XXIII Certamen Literario Juana Santacruz (México), en 2008 obtuvo el segundo lugar en el II Premio de Cuento para Jóvenes Autores de la Policlínica Metropolitana, con Noche Black Blue, y en 2009 fue el ganador del 64º Concurso de Cuentos del diario El Nacional, con La República de Fennelly. Ha publicado tres libros: Perdidos en Frog , La Máscara de Cuero y El caso Boeuf (Relato a la manera de Cambridge). Algunos de sus relatos han sido publicados en antologías como Joven narrativa venezolana II, De qué va el cuento (Antología del relato venezolano 2000-2012), y Crude Words.

Recientemente fuiste incluido en la lista del Hay Festival como uno de los 39 mejores escritores menores de 40 años en  América Latina, ¿Qué representó ese reconocimiento para ti?

Representa la posibilidad de que mis libros lleguen a más lectores.

La selección no fue fácil ya que fueron postulados más de 200 escritores de habla hispana, ¿Qué te hace sentir un escritor latinoamericano? ¿Cuáles elementos hacen que tu obra trascienda fronteras?

Me gusta más pensarme como un escritor que escribe en su lengua, que es el español, el español de Caracas alimentado por las múltiples manifestaciones en tiempo y en espacio de ese idioma. Como no es bueno dar por sentado muchas cosas en la vida, me gusta preguntarme qué es América, qué es Latinoamérica, cuáles son sus fronteras reales y cuáles sus fronteras ficticias y hasta qué punto podemos hablar de una ineludible homogeneidad de este territorio tan complejo como disímil.  En cuanto a lo de trascender fronteras, todo libro, con menudas excepciones, es un aparato transgresor de límites.

En esa lista eres el único escritor venezolano, ¿A qué crees que se deba eso?

No es por falta de voces talentosas; pero no puedo responder a qué se debe porque no lo sé. Hay ámbitos en que las especulaciones pueden resultar bastante odiosas.

¿Cómo ves la literatura venezolana en la actualidad? ¿Te gusta el trabajo de algún escritor en particular?

Por supuesto. Siempre que me lo preguntan menciono casi los mismos nombres: García París, Hidalgo Prince, Segovia, Martínez Bachrich, Payares, García Arreaza, Blanco Calderón, Cadenas, Marcano, De Stefano, Liendo, Castillo Zapata, Teresa Torres, Blanco Fombona, Guerra, Vegas, Cabrujas, Garmendia y Garmendia.

Vives en México actualmente. ¿Cómo ha sido tu experiencia profesional en ese país?

Acá en México trabajo como editor en proyectos educativos.

¿Cómo defines tu estilo narrativo?

Intento mezclar la sobriedad con el humor, la concisión con la voluptuosidad. Intento. Intento.

Eres un escritor versátil, soledad, abandono, cotidianidad, muerte, lo absurdo, las emociones. ¿Te obsesiona algún tema en particular?

Me interesan todos los temas que me permitan explorar el lado luminoso y oscuro de nuestras pasiones.

¿Qué elementos debe tener un buen cuento?

No sólo debe poder leerse de una sola sentada, sino que debe exigir leerse de una sola sentada y que te atornille al asiento y que te deje sentado durante un buen rato luego de haberlo de terminado. O también, creo que un cuento consiste básicamente en un fino desovillar.

¿Te sentirías cómodo escribiendo una novela de más de 500 páginas?

Mi aspiración es escribir una de más de 1500.

Un mensaje para los escritores que comienzan

El comenzar es un siempre. Cada libro que se termina es un volver a cero, sobre todo si se tiene la aspiración de no repetirse, lo que a veces es inevitable.

¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios’?

Dos novelas de 750 páginas que parezcan una sola novela de 1500.

Por Patricia Chung

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