En 2059 conoceremos el legado de José Balza

En 2059 conoceremos el legado de José Balza; el escritor venezolano nacido en el Delta del Orinoco, José Balza cumplió 80 años el 17 de diciembre de 2019 y por eso ha declarado que se siente “minúsculo ante los años”.
Su legado, envuelto en terciopelo verde oscuro no pesa más de 20 gramos y fue depositado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes.
José Balza
José Balza, una de las voces del boom latinoamericano, es el primer escritor venezolano en hacer su depósito en la antigua cámara acorazada del Cervantes de Madrid.
El cajetín 1189 de la Caja de las Letras se abrirá el 19 de septiembre de 2059. Según el escritor, nada tiene ver con él, y “será abierto dentro de cuarenta años en homenaje a quien está incluido ahí”.
“Yo tengo en la cabeza unos versos de Luis García Montero en los que decía que se sentía minúsculo ante el tiempo, ¿cómo me sentiré de minúsculo yo ahora?”, empezó su discurso Balza, ante el “inmensísimo honor” de encontrarse en un lugar tan “insólito” rodeado de las cajas que ha catalogado como “invención cervantina”.
El acto contó con la presencia de Juan Carlos Méndez Guédez y Ernesto Pérez Zúñiga como testigos.
Nos gustaría que el legado de Balza incluyera un poco de su tierra de San Rafael de Manamo al igual que el legado depositado en nombre del Nobel Gabriel García Márquez que contiene tierra del patio trasero de la casa en dónde creció en Aracataca.
Un deltano universal
José Balza obtuvo el Premio Nacional de Literatura de Venezuela en 1991, además es individuo de Número de la Academia Venezolana de la Lengua. Publicó su primer libro en 1965, a los 26 años de edad.
Ha escrito sobre teoría literaria, artes plásticas, cine, música y televisión. Su obra ha sido traducida al italiano, francés, inglés, alemán y hebreo. Ha sido profesor de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Católica Andrés Bello.
Balza ha publicado las novelas Marzo anterior (1965), Largo (1968), Setecientas palmeras plantadas en el mismo lugar (1974), D (1977), Percusión (1982), Media noche en video:1/5 (1988) y Después Caracas (1995) y la novela breve Un hombre de aceite (2008).
Escribió los cuentos Órdenes (1970), Un rostro absolutamente (1982), La mujer de espaldas (1968), La mujer porosa (1996), y El doble arte de morir (2008); y entre los libros de ensayo: Este mar narrativo (1960-87), Iniciales (1989), Espejo espeso (1997), Observaciones y aforismos (2005), Ensayos crudos (2006) y play b (2017). Buena parte de su obra ha sido publicada por Monte Ávila Editores.
En 1984 condujo el programa de televisión Texto y figura, transmitido por los canales 5 y 8 de Venezuela, y por el Canal A, Cuny de New York.
Ha sido colaborador de revistas de América Latina, Estados Unidos y Europa, ha dictado además cursos, seminarios y conferencias en la Universidad Autónoma de México, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de Salamanca, la Universidad de Viena, la Sorbonne de París y la Universidad de New York, entre otras casas de estudios.
La caja de letras del Instituto Cervantes oculta tesoros
El legado de José Balza
El legado de José Balza se une al de una cincuentena de escritores, artistas y científicos, que han confiado sus secretos a la bóveda encriptada del tiempo que es la Caja de las Letras de Madrid, cuyo patrocinio está a cargo del Instituto Cervantes.
No sólo se guardan bajo llave documentos para que sean abiertos según la voluntad del autor, sino que también existen objetos inimaginables como la máquina de escribir del recientemente fallecido Nicanor Parra, una caja de música y una flauta de Mario Muchnik, el reloj que John Elliott adquirió a los 16 años y la pulsera de latón que el padre de Elena Poniatowska llevaba en la Segunda Guerra Mundial.
Del Nobel colombiano Gabriel García Márquez se conserva una pintura al óleo de su casa natal en Aracataca; mientras que de Antonio Buero Vallejo, su pipa y uno de los bolígrafos con los que escribía las obras dramáticas.
En la Caja de las Letras del Instituto Cervantes hay además, manuscritos, primeras ediciones, cartas personales, libretos y guiones cinematográficos, cuadernos con investigaciones científicas, grabaciones, partituras, libros con anotaciones e ilustraciones.
Habrá que esperar al 2059 para conocer el legado del venezolano José Balza.
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