En este día del libro celebremos la magia de la lectura

La magia de la lectura

La primera vez que no pude ir a dormir por leer un libro estaba en bachillerato, mis padres me habían comprado la lista escolar donde estaba incluido Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez. Me llamó muchísimo la atención el título. ¿Una persona había vivido cien años en soledad?, ¿una familia?, ¿de qué se trata esta historia? Son algunas de las preguntas que saltaron en mi mente.

Apenas comencé las primeras páginas no pude dejar de leer. Recuerdo estar leyendo con un poco de luz para no despertar a mi mamá y no me mandara a dormir. No me detuve hasta el final. Estoy casi segura que fue la primera vez que sufrí de una resaca literaria, es que la historia de la familia Buendía se quedó por mucho tiempo en mi mente.

Si me preguntan cuáles lecturas me han hecho llorar a mares, puedo mencionar a Listed de Noelle Adams, que es la historia de una jovencita que tenía un virus bastante extraño a la cual le habían dado una esperanza de vida de tres meses. Recuerdo estar de noche llorando a moco tendido porque en serio pensaba que Emily se iba a morir. Sufrí con cada episodio de fiebre, delirios y escalofríos que ella vivió.

También me pasó con Unspeakable Truths de Alice Tribue, es la historia de una muchacha cuyo esposo muere al día siguiente de su matrimonio. Me identifiqué mucho con lo que le cuesta a Everly superar el duelo, con lo que perdió durante los años que estuvo deprimida. Recuerdo que tenía que apartar la lectura para poder dejar de llorar y calmarme.

Ni hablemos de Cinder & Ella de Kelly Oram. Todo un carrusel de emociones atravesé con esa historia.

Casi todos los lectores podemos recitar en segundos nuestras listas de escritores o libros favoritos. La mayoría sufrimos al imaginar ese plano hipotético donde nos piden que elijamos aquellos libros que nos gustaría tener si nos quedamos varados en una isla desierta.

Si te pido que recuerdes cuál fue esa primera vez en la que te quedaste hasta tarde para terminar un libro ¿qué recuerdas exactamente?, ¿qué te impulsó a hacerlo?, ¿la historia?, ¿los personajes?, ¿el escritor?, ¿el hype que había sobre esa lectura?

Estoy casi segura que acerté en alguna de ellas.

Si te pido que recuerdes cuáles han sido esos libros que te han hecho llorar o reír ¿qué recuerdas exactamente?, ¿la trama?, ¿los personajes?, ¿los diálogos?

De nuevo, estoy casi segura que acerté.

Me atrevería a apostar que muy pocas personas recuerdan el peso del libro, la textura o el color de las páginas, el gramaje del papel en que estaba impreso, el nombre o tamaño de la fuente.

Aquello que nos mueve, nos impresiona, nos lleva a las lágrimas, nos saca una sonrisa, aquello que se queda en nuestra mente por días, semanas o años, es la obra del escritor, es su talento, su creatividad. Es la historia que igual se leería en una servilleta, en papel, en una pantalla, o se escucharía a través de una bocina.

En este día del libro debemos celebrar lo que verdaderamente importa: la magia de la lectura. Debemos valorar el talento del escritor, la dedicación de los editores, correctores, diseñadores, libreros, impresores, entre otros.

Debemos recordar que leer nos da sueños… en el formato que sea.

Marlyn Camacho Rodríguez

 

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