Inés González escribe por el amor a las palabras

Inés González es correctora, redactora, editora y narradora. Nació en Los Teques, 12 de marzo de 1965. Licenciada en Letras por la Universidad Católica Andrés Bello. Participó en 2001 en el Taller de Narrativa del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, Caracas.
En el año 2000 recibió mención en el I Concurso de Cuentos Infantiles No Sexistas de la Repem, Montevideo; y en 2001 en el Concurso de Cuentos Infantiles Esteban Adrogué de la Municipalidad de Almirante Brown, Argentina. Relatos suyos aparecen en diferentes publicaciones electrónicas y antologías.
En 2011 obtiene mención Honorífica en la XVIII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre, en la categoría narrativa, con el volumen de relatos Gente de signos.
De la mano de la editorial Lector Cómplice en el 2018 publica Gente de signos.
¿Qué razón lo motiva a escribir?: Una razón importante es el amor por las palabras de este idioma que me tocó. Otra de las razones es el cuestionamiento de la realidad que me rodea, una constante crítica quizá proveniente de una extrañeza ante todo, como si yo fuera un ser ajeno a lo que vivo y estuviera de visita.
¿Para usted “escribir “es una profesión o un hobby?: No es una profesión porque no me da de comer, ni un hobby porque no podría vivir sin escribir. Lo considero un oficio por lo que tiene de trabajo y dedicación.
¿Qué es lo más difícil de ser escritor?: Para mí lo más difícil es verter a palabras los pensamientos y ficciones complejas que se me ocurren, y que resulten representadas tal como espero. Y creo que de eso se trata el trabajo.
¿Qué le hizo saber que se dedicaría a ser escritor?: Cuando de pequeña me sentí fascinada por la magia que irradiaban los pocos libros de la precaria biblioteca de mis tíos maternos.
¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?: Quisiera pero soy absolutamente flemática. El deseo de escribir me agarra donde y cuando sea y ese es el lugar y momento.
¿Tiene alguna musa de inspiración?: No. Pero hay un misterio en el acto de escribir que no se puede descifrar. Una energía personal muy fuerte que se junta con el bagaje cultural que una posee y con el trabajo.
¿Cuáles autores lo inspiraron para escribir?: Tantos, que no me alcanza la memoria: Antonio Machado, José Asunción Silva, el Gabo, Borges, Cortázar, Teresa de la Parra, Clarice Lispector y un largo etcétera.
¿De sus obras cuál ha sido la que más ha disfrutado escribir?: Gente de signos, la única publicada hasta ahora, porque fue un suceso descubrir que en cada relato estaba escribiendo sobre lo mismo: los signos, sean cual fueren, y las criaturas que los sufren. El libro tiene una unidad temática gracias a esa obsesión.
¿Qué está escribiendo?: Poesía sobre la inmortalidad, crónica literaria erótica y un libro de relatos por concluir.
¿Qué libro le hubiese gustado escribir?: Nunca me he hecho esa pregunta. Sería el que sin duda algún día escribiré. Sin embargo, me viene a la mente, en narrativa, Cien años de soledad.
¿Existe el temor frente a la hoja en blanco?: Sí. Me ocurre pero no por falta de idea o proyecto, sino por no hallar el aliento deseado para ellos.
¿De no ser escritor qué le hubiese gustado ser?
Cantante, pero creo que también hubiera terminado escribiendo sobre ello.
¿Cuál género no se ha atrevido a escribir?
Teatro. Hasta ahora el diálogo no es mi fuerte.
¿Cuál autor venezolano recomienda leer?
De los más recientes: Héctor Torres, Ana Teresa Torres, Eduardo Liendo, Eugenio Montejo, Rafael Cadenas, Jacqueline Goldberg.
De los históricos: Gallegos, Enrique Bernardo Núñez, Antonia Palacios, Guillermo Meneses, Ramos Sucre, Teresa de la Parra.
¿Cuál es el libro más preciado de su biblioteca?
Difícil. Tendría que escoger entre Ficciones, Todos los fuegos el fuego, Alfabeto del mundo, Doña Inés contra el olvido y la obra completa de Ramos Sucre. Aunque creo que este último saldría ganando.
¿Cómo es su biblioteca, tiene un lugar especial, un sistema para ordenarlos, cuántos tiene?
Tenía ordenados cientos de títulos por género y país. Actualmente es precaria, pues por un fracasado proyecto de emigración los repartí. De nuevo en construcción.
Recuerda con cuál libro se inició en la lectura: No con cual me inicié, pero destaca de mi infancia uno disponible en la biblioteca familiar: Miguel Strogoff, de Julio Verne, cuya historia e imágenes exóticas me fascinaban. También estaba Proverbios y cantares, de Antonio Machado, una enciclopedia ilustrada, la Carta de Jamaica y la Biblioteca Salvat de Grandes Temas.
¿Cuál fue el libro qué dejó una huella en ud?: Cien años de Soledad. Para mí fue un retrato del vivir mágico de los pueblos latinoamericanos.
Un libro para iniciarse en la lectura: Ninguna en particular, depende de la edad y sería una elección muy subjetiva, pues a cada quien le afectan cosas diferentes.
Un libro para no leer: Hasta ahora no ha caído en mis manos ninguno que no merezca ser leído aunque sea para formarse una opinión.
Libro de papel o electrónico: Prefiero leer en papel, pues siento que se conserva la relación orgánica, terrestre, con la palabra, aunque no evado leer en medios electrónicos.
¿Recomienda hacer talleres y cursos literarios?
Sí. Es bueno compartir el oficio y una oportunidad para mostrar a otros nuestro trabajo, adquirir herramientas e indagar en el mundo literario.
¿Consejos para un principiante en la escritura?: 1. Leer, leer, leer buena literatura de todas las épocas, 2. Escribir sin pudor, no resistirse a la tentación catártica de los inicios, luego quemarla, sí, 3. Buscar la propia voz, con la insistencia en el oficio.
¿Considera que las redes sociales y el boom de la tecnología ayuda para la promoción de la literatura?: Sí, solo que lo bueno suele perderse en el mar de la notoriedad.
¿Qué le falta a su obra?
Más de la mitad del camino.
¿Qué tan biográfica termina siendo su obra?
Diría que muy poco. Trabajo en clave de ficción. Incluso he narrado en ocasiones desde un hablante masculino. Aunque con Gente de signos podría decir que soy otra de esas criaturas obsesionadas con algo, en este caso por la palabra.
¿Cómo se conecta con el lector?: Como hija de estos tiempos, principalmente a través de las redes sociales y medios de comunicación, cuando no es posible el contacto personal. También a través de mi blog:
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