Jonatan Alzuru Aponte: escribo para intentar gobernar mi vida como deseo

Jonatan Alzuru Aponte nació el 15 de noviembre de 1967, estudió filosofía y luego un doctorado en Ciencias Sociales en la UCV. Fue Director del Centro de Investigaciones Postdoctorales de la UCV (CIPOST) (2008-2011). Director de la Revista Latinoamericana de Estudios Avanzados (2008-2011). Dirigió el Programa Postdoctoral Estudios de la Vida Cotidiana (2004-2011) en el CIPOST. Fue profesor del Doctorado en Filosofía de la ULA (2012-2015); Investigador invitado del Centro de Investigaciones Estética ULA (2012-2015).
Jonatan Alzuru Aponte en el 2007 fue ganador del concurso internacional de credenciales como asesor internacional del proyecto mecesup fro 0706, cuyo objeto fue evaluar: EL Proyecto para la realización del Doctorado en Contextos Interculturales de la Universidad Austral de Chile y la Universidad de la Frontera en Chile. Ha dictado conferencia y escrito artículos en revistas especializadas sobre su área de investigación nacional e internacionalmente.
Su más reciente publicación “Los rizomas del cuerpo. Rafael Castillo Zapata.” (Bid & Co, 2015)
¿Qué razón lo motiva a escribir?: dar cuenta de mis investigaciones a propósito de la agenda de problemas de la cultura contemporánea. Es parte de mi oficio como investigador y docente.
Pero también, o quizás, sobre todo, porque es un ejercicio de autocomprensión en mis relaciones con la otredad. Donde las imaginaciones constituyen un gran motor. La vida no está constituida de conceptos, pero sí de muchas ficciones…
También me motiva el seguir la recomendación de Ernesto Sabato, en su Abaddón, El exterminador:
“Escribí cuando no soportés más, cuando comprendás que te podés volver loco”.
¿Para usted “escribir “es una profesión o un hobby?: es un oficio que me permite afinar, soportar y comprender, el oficio de vivir. Lo diría con el título de Cesare Pavese: Oficio de vivir, oficio de poeta.
No es un hobby. Es una condición para soportar, experimentar y diseñar los bocetos de mis experiencias vitales.
¿Qué es lo más difícil de ser escritor?: encontrar su propio estilo a partir de las ideas y fantasmas que habitan en el cuerpo. El vocablo estilo lo entiendo no solo como expresión literaria sino como carácter, estilo en el vivir.
La escritura como el dibujo de nuestro carácter, de nuestra eticidad, de nuestra visión del mundo… Estilo como expresión del cuerpo en su tránsito, barruntado de los otros, hacia la muerte.
El estilo de expresarse coincidente con el estilo del pensar, nunca es acabado, está en permanente reconstrucción y termina con la muerte.
¿Qué le hizo saber que se dedicaría a ser escritor?: pensar. Querer dar cuenta de lo que pensaba. Lo primero que escribí fue una especie de cuento, en una revista de divulgación de temas teológicos, a los 20 años, siendo estudiante de física, donde comparaba la fe del creyente con la fe en la razón, con la del matemático en sus axiomas… Un punto no tiene ancho largo ni profundidad y, sin embargo, la sumatoria infinita de puntos configuran una línea, medible… narraba eso.
Saber que soy muchos aunque tengo un mismo nombre y apellido. Elegir a ése que voy siendo. Elegirme como destino en el mar de las contingencias.
La necesidad de comprenderme en el desierto heteróclito de la vida. Desentrañar, por ejemplo, por qué hay prácticas despóticas desde el núcleo familiar, la escuela, las instituciones hasta los gobiernos e intentar dar cuenta de ello.
Comprender que la ficción, como decía García Márquez, son nuestros cuentos, los de la abuela, los del país o los del Quijote… Comprender que la ficción es constituyente de la cotidianidad.
Comprender que la ficción es una forma de conocimiento de lo inefable que somos… estos asuntos, me condujeron a escribir… Escribirme… Y como en la vida cotidiana, a veces nuestras prácticas, nuestras relaciones, parecen como escrituras mal hechas, donde se confunde el sujeto con el predicado o nos parecemos a palabras mal acentuadas… Bueno quería dar cuenta de ese lenguaje del cuerpo que no es siempre lógico, pulcro ni racional, ni tampoco, es siempre una metáfora redonda… somos como bocetos, como ensayos sin terminar, como palabras a medio decir… Bueno quería dar cuenta de esa experiencia de la condición humana… del cuerpo que somos habitados por los cuerpos que nos constituyen… con todos sus lenguajes… con errores semánticos, ortográficos, hasta el lenguaje puro como el de la lógica… en definitiva: quería dar cuenta de los lenguajes que nos habitan.
Como te percatas, la escritura, para mí, es un instrumento de comprensión; forma parte, fundamental del ejercicio de cuidarse, de gobernarse. Escribo para intentar gobernar mi vida como deseo… aunque fracase en muchas oportunidades. Por eso lo vuelvo a intentar.
¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?: estar ahogado. Estar arrobado por una obsesión que no me deja en paz. Sin eso, no escribo. Pero no tengo una rutina; es, más bien, a partir de una liturgia del alma. Esa liturgia tiene que ver con la inquietud, el cuidado y el conocimiento de sí marcado por las contingencias…
¿Tiene alguna musa de inspiración?: lo expreso con un título de Kundera: La insoportable levedad del ser.
¿Cuáles autores lo inspiraron para escribir?: Sabato, Kafka, Nietzsche, Platón, Guillermo Sucre, Borges, Rafael Cadenas, Unamuno, Bandeira, Cortázar… tantos… y, quizás, amigos como Arnaldo Esté Salas, Armando Rojas Guardia, Rafael Castillo Zapata, Miguel Ron Pedrique, Enzo Del Bufalo, Rigoberto Lanz, Agustín Martínez, Miguel y Alberto Márquez.
¿De sus obras cuál ha sido la que más ha disfrutado escribir?: he tenido distintas experiencias: Bocetos para una estética del vivir, fue un trabajo que fue placentero porque estaba dando cuenta de mis investigaciones en el orden filosófico, al igual que Ejercicios para cuidarse. Oscura Lucidez, fue una experiencia de trabajo muy rica porque era a partir de un diálogo con Armando Rojas Guardia, quien es un amigo que admiro y quiero mucho, en esos dos últimos combiné con ficciones. Eso me dio mucho placer.
Pero creo que, donde la literatura, la ficción, forma parte ya no de mi reflexión sino de mi forma de expresar el pensamiento es en Rizomas del cuerpo. En este sentido es el que más he disfrutado… desde la perspectiva estrictamente literaria. Además, es un homenaje, al igual que Oscura Lucidez, a la amistad.
Creo que disfruté mucho el tema. El tema fue la vida de Rafael Castillo Zapata, un bello amigo. Su vida, el efecto de su vida en mi cuerpo me permitió hacer o, por lo menos intentar hacer, como lo dijo Erik Del Bufalo, de forma acertada y precisa en la presentación del libro: “un ensayo ficción, una ficción de ensayo y una ficción de ficción, una ficción ficticia, porque es una novela que nunca llega.” Dando, de forma simultánea, un testimonio. Fue gratísimo hacerlo.
En cada uno de los libros disfruté de manera distinta, he tenido un tipo de placer particular con cada uno de ellos.
¿Qué libro le hubiese gustado escribir?: El Evangelio según San Juan.
¿Existe el temor frente a la hoja en blanco?: en mi tesis doctoral titulada Ernesto Sabato: el derrumbe de la civilización occidental en un hombre de nuestro tiempo que realicé en el año 200, culmina con una página en blanco. Y reflexiono sobre ella en una entrevista que me hice y la coloqué como preámbulo de la tesis, te cito lo que escribí allí:
“Es una imagen metafórica. Yo la interpreto desde diversas perspectivas. Es un final abierto y, por lo tanto, no hay una conclusión que cierre, estática… por el contrario, la conclusión es móvil, está fragmentada en toda la obra, porque su objeto es el devenir, el movimiento. Es abierta y su sentido es evocatorio de aquel horizonte gadameriano a propósito de la interpretación; ella… no concluye nunca. Lo blanco es la imposibilidad de decir, de enumerar, de aprehender, de sentenciar, es el fracaso de la razón frente a la vida. Es el miedo a plasmarse en la escritura, a elegirse como destino, fruto del temor cultural al cuerpo. Es el pánico al desnudo. Es un homenaje, delicado, al héroe de mi ficción. Es una imagen mítica. La página en blanco es la posibilidad de volverlo a intentar.”
¿Cuál género no se ha atrevido a escribir?: todo depende qué se quiera. No es un asunto de atreverse, sino lo que corresponda con la necesidad. Se trata de lo más plástico a propósito de un pensamiento, de la razón corpórea que te mueve; la escritura es una respuesta a una necesidad vital… Ese asunto de espacios, nichos, alcabalas, lo que se llama géneros literarios… No es lo mío. Te cito lo que dice un personaje en Rizomas del cuerpo… “Los teóricos en general y los críticos en particular, son los constructores de las alcabalas, sus cobradores de peajes, los policías de inmigración y los jueces que tienen una vocación, placenteramente sádica, de sancionar y condenar a los infractores.”
A veces pienso, el Mito de la Caverna en Platón o la Alegoría de la Línea,, a qué género pertenece… ¿Cuento? ¿Teatro? ¿Ensayo? ¿Teoría epistemológica?…
¿Cuál autor venezolano recomienda leer?: a muchos… Armando Rojas Guardia, Rafael Castillo Zapata, Miguel Márquez, Rafael Cadenas, Guillermo Sucre, Federico Vegas, Alberto Barrera Tyszka, Yolanda Pantin, José Ignacio Cabrujas, Eugenio Montejo, Ramo Sucre, Pocaterra… Te nombro de forma rápida, quedan muchísimos por fuera, es una pena…
¿Cómo es su biblioteca, tiene un lugar especial, un sistema para ordenarlos, cuántos tiene?: está ordenada en función de mi contingencia… están a la mano los que uso en una circunstancia, en una coyuntura, en un momento de escritura, casi siempre los mismos Epicuro, Sénecas, Cicerón, Marco Aurelio, Platón, Nietzsche, Heidegger, Foucault, Adorno, Benjamin, Blanchot, Barthes, Sabato, Borges, Cortázar, Dostoievski, Kafka, Cervantes, Bryce Echenique… en fin…
Recuerda con cuál libro se inició en la lectura: El túnel de Ernesto Sabato y una novela creo que se llamaba El día en llamas, sobre la vida novelada de Rimbaud…
Un libro para iniciarse en la lectura: eso depende de cada quién… No lo sé… Tendría que conocer a la persona.
Un libro para soñar: El Quijote.
Un libro para no leer: No soy juez.
Un libro para leer en el baño: Las meditaciones de Marco Aurelio, por la brevedad de sus anotaciones, sustanciales para vivir y por lo fundamental, lo constituyente de la experiencia de excretar. Lo que excretamos da cuenta de nosotros, es nuestro cuerpo; fragmentos de nuestro cuerpo arrojados, al igual que la escritura. Esa mezcla, de leer a Marco Aurelio y excretar, pensar en eso y ejecutarlo, puede transformarse en todo una experiencia vital, es un acontecimiento. Y quien se detenga a pensar, sabe que no estoy haciendo ironía, ni humor.
Libro de papel o electrónico: me encanta el papel, pero la crisis me conduce a leer en table… ahora leo en electrónico El porvenir es largo, es una autobiografía o quizás una indagación fantasmal a propósito de la vida que realiza Althusser, encerrado en el manicomio, donde expresa su mirada que lo condujo a ahorcar a su esposa.
¿Consejos para un principiante en la escritur?: leerse o buscar en youtube, la carta a un querido y remoto muchacho escrita y leída por Ernesto Sabato.
¿Qué le falta a la obra de Jonatan Alzuru?: siempre es un boceto de antiguas obsesiones… En lo que me resta de vida lo que haré es reescribir con otros títulos, a propósito de otros asuntos pero con las mismas obsesiones… Por lo tanto, lo que me falta es vivir, para reescribirme hasta mi muerte.
0 Comentarios