Las bibliotecas son capaces de aportar soluciones ante una gran diversidad de necesidades. Es difícil enumerar todas esas posibilidades, casi imposible. Puede haber tantas como variedad de personas que acuden a ellas… y tampoco es cuestión de buscarlas todas de golpe. Es mejor que vayas encontrándolas poco a poco para dejarte sorprender en cada momento y no perder la ilusión de experimentar que las bibliotecas son capaces de hacer posible lo que pensabas que era imposible.

Lejos quedaron atrás las bibliotecas como lugares herméticos de estudio que proporcionan libros y lecturas. Porque, y aunque sigan siendo sus usos mayoritarios, en las bibliotecas se pueden hacer infinidad de más cosas: desde buscar empleo, a pasar el rato jugando a juegos de mesa o asistir a funciones musicales. Con esto no quiero que te lleves una desilusión y desengaño con tu biblioteca. Las bibliotecas se están adaptando, y a algunas les cuesta más que a otras. Muchas veces el día a día hace que no puedan mirar más futuro que el mañana (literalmente hablando). Quizás necesitan ese pequeño empujón en forma de ánimos, ideas y apoyo que todos nosotros, como usuarios de las bibliotecas, les podemos dar.

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Lo que busco principalmente es mostrarte que las bibliotecas tienen en su poder el hacer cosas para ti. Desde hace tiempo hay un cambio de dirección que enfoca a las personas como uno de los objetivos principales. Las bibliotecas buscan que toda persona que entre en ellas se vaya con una buena impresión. Las personas esperan encontrar un estímulo para satisfacer sus necesidades de información, conocimiento, desarrollo, autorrealización, colaboración, conexión, relación, entretenimiento, ilusión, imaginación, reconocimiento, seguridad, protección… En definitiva, las personas buscan (¡y necesitan!) salir entusiasmadas de las bibliotecas.

Una persona entusiasmada e ilusionada es una persona ganada. No son buenos tiempos para que las bibliotecas vayan perdiendo usuarios. Bueno, no son buenos tiempos ahora ni nunca. Las bibliotecas tienen que tratar de fidelizar a las personas, hacer que estas vuelvan lo más periódicamente posible. A su vez, deben de ir captando a nuevas personas para que acudan hasta ellas. Enseñar que las bibliotecas son mucho más de lo que la mayoría piensa. Quitar esa desfasada imagen que se tiene y mostrar que las bibliotecas son puntos de conocimiento, reunión y aprendizaje. Y es ahí donde entra en juego el personal bibliotecario.

Y es que el personal de biblioteca debe captar las necesidades de su comunidad de usuarios. Conectar con ellos para que ellos conecten con la biblioteca. Los bibliotecarios son los encargados de satisfacer las necesidades de las personas para que estas salgan con ganas de volver a la biblioteca. Tienen que hacer que la gente que busca respuestas se encuentre con soluciones. Y sí, las bibliotecas pueden ofrecer muchísimas opciones ante una gran diversidad de posibilidad. Solamente basta con mirar alrededor y ver qué están haciendo otras bibliotecas con satisfactorios resultados. Hacer un poco de benchmarking para “copiar” y adaptar las buenas prácticas. Y, cómo no, pedir ayuda a otras bibliotecas si se necesita.

En definitiva, las bibliotecas tienen que demostrar que son mucho más que libros y que evolucionan con los tiempos y las personas. Que son un espacio para la creatividad, colaboración, imaginación, participación e innovación, entre otras cosas. ¡Cómo no pensar en infinidad de posibilidades con los múltiples beneficios que ofrecen! Está claro que, si han llegado los smartphones, smartTVs o las smarthomes, hay que hacer ver que las smartlibraries llevan existiendo infinidad de años. Pensar que, si los teléfonos, televisiones o casas se adaptan, ¿cómo no adaptar la biblioteca sin que ello condicione su esencia?