Leer nos hace más empático

Todos conocemos ciertos beneficios de la lectura, beneficios que hacen que incentivemos a los niños a leer, por ejemplo, o que, cuando estamos aprendiendo un nuevo idioma, intentemos leer lo más posible en esa lengua. Leer mejora nuestro vocabulario, hace que tengamos menos faltas de ortografía y mejora nuestra capacidad de memoria. Pero leer tiene también beneficios que van mucho más allá de las cuestiones lingüísticas. Leer alarga la vida, como ha demostrado un estudio este verano. Y leer también ayuda a que nos relacionemos mucho mejor con el mundo que nos rodea. Leer nos hace mucho más empáticos.
Varios son los estudios que han demostrado que la lectura (aunque no cualquiera lectura) mejora nuestra manera de comprender a los otros. Leer ficción (y la no-ficción aquí no vale) ayuda a percibir mejor las emociones de los demás y a comprenderlas mejor, como demuestran los estudios que se han elaborado sobre el tema y que ahora recoge The Wall Street Journal.
El primero de los estudios lo elaboró en 2006 un grupo de investigadores de la Universidad de Toronto. Según sus conclusiones, cuanta más ficción leían los participantes en el estudio mucho mejores a la hora de empatizar con los demás. Un estudio de 2009 repitió las pruebas en otra universidad y llegaron a las mismas conclusiones: leer hace que seamos mucho más empáticos.
El último de los dos estudios no solo se quedó con eso, sino que intentó medir también otros elementos. Así, descubrieron que, a pesar de lo que se suele creer y de los estereotipos, los grandes lectores, los ratones de biblioteca, son, en realidad, personas que viven en un círculo social rico y variado, que les provee de entretenimiento y apoyo mucho más de lo que les provee su círculo a aquellos que no leen ficción. Es decir, la gente que lee tiene círculos de amigos muy valiosos.
Otro estudio, este de 2013, intentó encontrar la llave del tipo de lectura. ¿Valen todos los tipos de ficción para establecer mejores ratios de empatía? Lo cierto es que, según sus conclusiones, no. La no ficción no vale, como ya habían concluido otros estudios, pero tampoco sirven ciertos géneros, como la novela romántica, la novela de ciencia ficción o el horror. Leer de forma habitual estos géneros no tiene un efecto significativo en nuestra empatía, o al menos eso es lo que determinaron los investigadores. Para que esto mejore, los lectores tienen que leer ficción literaria (o al menos así es como la define el Journal), es decir, literatura no de género. En ella, los personajes no suelen estar tan definidos con lo que quieren o buscan.
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