Los diccionarios… ¿se leen?

¿Alguna vez te has subido al metro, a un autobús y te has encontrado con alguien que está leyendo un diccionario?
Es probable que no. No es para nada común que cuando decidamos hacer una lectura nos decantemos por un diccionario. Tradicionalmente los diccionarios nos remiten a nuestra etapa escolar. También, a menudo, los vinculamos a la imagen de libros tediosos, demasiado gordos y pesados. Los percibimos como un océano desconocido e inabarcable.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que nos estamos perdiendo muchísimo por no propiciar la lectura del diccionario.
Estamos perdiendo la magnífica oportunidad de conocer mejor nuestra lengua. Los diccionarios no son solo libros que acumulan datos aburridos con un lenguaje inaccesible. En ellos podemos encontrar la vida de las palabras, cómo transitan, sus formas, historias, colores… Además, te impresionará descubrir cómo en el mercado hay opciones de diccionarios amigables, cercanos, ilustrados. Te darás cuenta que el ámbito editorial está haciendo esfuerzos por crear diccionarios que seduzcan al lector.
Y en este sentido, quiero mencionarte un par de libros que echan por tierra todo ese prejuicio de academicismo, pesadez y tedio que envuelven la imagen de un diccionario. Uno de estos maravillosos libros es de Andrés Neuman, se llama Barbarismos. En este libro el escritor nos ofrece un repertorio de observaciones y sátiras sobre palabras y conceptos. Son verdaderas creaciones verbales en las que a través de asociaciones y analogías, Neuman lo que provoca es un verdadero disfrute de nuestra lengua.
Asimismo, puedo hablarte de La maravillosa historia del español de Francisco Moreno Fernández. Debo advertirte que este no es un diccionario propiamente dicho, pero es un interesantísimo libro sobre nuestra lengua. El autor en este libro nos cuenta la historia del español como si fuera una gran aventura, llena de misterios, giros inesperados y envolventes curiosidades históricas. Fue en este libro que descubrí que la palabra “canoa” es el indigenismo y americanismo más antiguo de la lengua española. El primer testimonio escrito que se tiene de esta palabra, aparece en el mismísimo diario de Cristóbal Colón, en el que el navegante escribió canoa para referirse a las naves hechas con un madero vaciado, un tipo de embarcación totalmente desconocido para los españoles.
Leer diccionarios ayuda a construir un lenguaje escrito más preciso y refinado. Nos ayuda a depurar nuestro lenguaje oral e indudablemente nos permite usar con más propiedad nuestro idioma.
Con frecuencia preferimos expresarnos en una lengua extranjera, a veces con la intención de parecer más ilustrados y modernos, sin caer en cuenta de que esto también revela el desconocimiento que tenemos de nuestro propio idioma.
¡Atrevámonos a leer diccionarios! No desperdiciemos la oportunidad de apropiarnos de nuestra lengua…

Adriana Vieira10 Posts
Adriana estudió Letras en la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas, Venezuela). Fundó Proyectos B612, empresa dedicada a la promoción de la lectura y a la gestión de proyectos culturales. Está profundamente comprometida con la de democratización del conocimiento a través de la lectura. Puedes disfrutar de su divulgación cultural a través de su cuenta @lectorunner en Instagram, Facebook, Twitter y canal de YouTube.
1 Comment
David Valladares
atUn artículo, bastante interesante, sobre todo por que de alguna manera está orientado a que las personas dejen de estigmatizar al diccionario. Personalmente, los considero un liado, uno nunca sabe lo suficiente, como para dejar de consultarlos. Saludos