Luis Alejandro Ordóñez: Todas las mañanas me levanto a escribir

Luis Alejandro Ordóñez es editor, redactor de medios, corrector de estilo, traductor, profesor de español y librero.
Nació el 3 de junio de 1973 en los Estados Unidos, vivió en Venezuela hasta 2008 cuando regresó a su país de nacimiento, se considera Venezolano.
He colaborado con diferentes páginas web, revistas y periódicos tales como Suburbano, South Side Weekly, Univision, Internacional Microcuentista, Letralia, La Comunidad Inconfesable, contratiempo, El beisman, Proyecto Scherezade, El Nacional, revista Producto, MiamiDiario, entre otros.
En 2015 publicó el libro de relatos Play con la editorial Ars Communis. Con la misma editorial, he participado de dos antologías, Trasfondos y Pertenencia, así como en la antología Diáspora, de la editorial Vaso Roto.
En el 2018 publica su novela El Último New York Times de la mano de SubUrbano Ediciones
¿Qué razón lo motiva a escribir?: Todo el tiempo estoy construyendo historias y me gusta compartirlas. Escribir es la mejor forma de hacerlo.
¿Para usted “escribir “es una profesión o un hobby?: No hago diferencia, escribo, siempre lo he hecho, siempre lo haré.
¿Qué es lo más difícil de ser escritor?: Que no hay atajos. Una novela de trescientas páginas tiene que escribirse de la primera a la última, en el orden que sea pero de la primera a la última. Un microcuento de quince palabras igual, hay que recorrer todo el camino por difícil que sea, no queda otra.
¿Qué le hizo saber que se dedicaría a ser escritor?: Cuando estudiaba ingeniería sabía dónde estaban guardadas mis viejas historias y no dónde tenía los apuntes de las materias que estaba cursando, ahí me sinceré.
¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?
Todas las mañanas me levanto a escribir, esa es mi rutina.
¿Tiene alguna musa de inspiración?
La musa es el cuaderno de notas, anoto frases, diálogos, describo situaciones, hago ejercicios con el lápiz, me hago preguntas sobre lo que estoy escribiendo, luego reviso los apuntes y de ahí surgen ideas nuevas y otras mejoradas.
¿Cuáles autores lo inspiraron para escribir?
Los autores siguen inspirándome, son muchos. Borges, Saramago, Calvino, Yourcenar, Cadenas, por mencionar algunos.
¿De sus obras cuál ha sido la que más ha disfrutado escribir?
El último New York Times me acompañó tantos años como proyecto que solo con mucho disfrute pude llegar a terminarlo.
¿Qué está escribiendo?
Siempre tengo varios proyectos abiertos y paso de uno a otro dependiendo de cómo van fluyendo o resolviéndose. En estos momentos trabajo en tres novelas cortas, una ya en reescritura y corrección, las otras dos mucho más crudas.
¿Qué libro le hubiese gustado escribir?
Las ciudades invisibles de Italo Calvino.
¿Existe el temor frente a la hoja en blanco?
Pienso que cada quien tiene algún temor frente a lo no escrito, a lo que está por escribir y también a lo que no podrá escribir. Hay a quienes ese temor los paraliza, hay quienes aprietan el acelerador. Me gusta pensar que estoy en el segundo grupo.
¿De no ser escritor qué le hubiese gustado ser?
Siempre he tenido que ser algo además de escritor, por eso me cuesta imaginarme ser algo en vez de escritor, no sé, mimo quizás, por aquello de contar sin palabras.
¿Cuál género no se ha atrevido a escribir?
Fantasía
¿Cuál autor venezolano recomienda leer?
Como toda lista tendrá muchas ausencias: Julio Garmendia, Guillermo Meneses, Enrique Bernardo Núñez, Hanni Ossott, Miyó Vestrini, Rafael Cadenas, Eugenio Montejo, Eduardo Liendo, Héctor Torres, Leo Felipe Campos, Enza García, Norberto José Olivar.
¿Cuál es el libro más preciado de su biblioteca?
Llegaron los hippies de Manuel Abreu Adorno, por haber participado de su edición en un proyecto que significó mucho para mí.
¿Cómo es su biblioteca, tiene un lugar especial, un sistema para ordenarlos, cuántos tiene?
Mi biblioteca tiene en teoría dos sedes, Caracas y Miami, pero en la práctica es itinerante y ya no tengo casi control sobre sus ejemplares.
Recuerda con cuál libro se inició en la lectura
Los libros fueron siempre parte de mi vida, pero recuerdo una serie en particular que se llamaba 15 Grandes: 15 grandes batallas, 15 grandes expediciones, 15 grandes historias de las cruzadas, con esos libros fue que aprendí a buscar mi siguiente lectura.
¿Cuál fue el libro qué dejó una huella en ud?
Son muchos, pero creo que el que marcó un giro en mi forma de entender la literatura fue no un libro sino un cuento muy corto, Diálogo sobre un diálogo, de Borges.
Un libro para iniciarse en la lectura
Historias de cronopios y famas, de Cortázar
Un libro para soñar
Creo que todos los libros invitan en alguna medida a soñar
Un libro para no leer
No se me ocurre ninguno en particular, todo libro tiene algún lector esperándolo.
Un libro para leer en el baño
Para el baño los audiolibros son mejores.
Libro de papel o electrónico
No discrimino, sobre todo porque hay títulos que encuentro en uno y no en otro.
¿Recomienda hacer talleres y cursos literarios?
Sin duda, en los talleres se aprende mucho, sobre todo a escuchar lo que otros piensan sobre lo que escribimos, esa lección a lo mínimo forja carácter.
¿Consejos para un principiante en la escritura?
Que encuentre un lector, no en la dinámica de taller sino más bien en una especie de tutoría, que ese lector le corrija, le tache, le diga qué funciona y qué no, que lo tome suficientemente en serio como para hacerle muchas notas al margen.
¿Considera que las redes sociales y el boom de la tecnología ayuda para la promoción de la literatura?
Sin duda. Gracias a las redes estoy todo el tiempo escuchando y conociendo autores y libros que difícilmente habrían llegado a mí de otra manera. Creo que las redes sociales son una herramienta valiosísima.
¿Qué tan biográfica termina siendo su obra?
Depende del proyecto. A veces soy personaje, a veces aparezco como el diablo, en los detalles.
¿Cómo se conecta con el lector?
Mis mejores diálogos con los lectores han llegado desde la humildad y la honestidad, con historias donde el narrador o los personajes no se las saben todas ni intentan ser más inteligentes que sí mismos, que al final es intentar ser más inteligente que el lector y eso no suele pasar.
¿Qué le falta a su obra?
Mucho trabajo, mucha escritura.
La oficina de Luis. La página web de Luis Alejandro Ordóñez
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