Mirco Ferri: (escribir) es un hobby luchando por convertirse en profesión

Mirco Ferri nació el 10 de junio de 1960, en la Parroquia El Recreo, Caracas. Se desempeña como consultor en el área de sistemas, desarrollando soluciones de software empresarial. Comenzó a escribir como hobby en los años 90, publicando algunos cuentos en el portal literario Letralia.
Alrededor de 2010, Micro Ferri decidió tomar más en serio la escritura, asistiendo a un taller de narrativa corta dictado por el profesor Ángel Gustavo Infante. Fue invitado a participar en varias ediciones del blog de Los Hermanos Chang. Los géneros que aborda giran alrededor de la narrativa y la crónica, aunque de manera esporádica escribe algo de poesía.
Mirco Ferri lleva el blog Depósito de nostalgias, en donde se pueden leer algunos de sus textos. Obtuvo el segundo lugar en el concurso de microcuentos sobre libros y bibliotecas de la Biblioteca Los Palos Grandes, en su edición de 2015, y el tercer lugar en el concurso de Microcuentos de Banesco en el mismo año. Vidas de perros es su primera novela y La puerta que se cierra es su segunda novela, ambas publicadas por Oscar Todtmann Editores.
¿Qué razón lo motiva a escribir?: en primer lugar, el gusto por la literatura, y la convicción de tener historias que puedan resultar de interés a determinados lectores.
¿Para usted “escribir “es una profesión o un hobby?: en este momento es un hobby luchando por convertirse en profesión.
¿Qué es lo más difícil de ser escritor?: para mí, disponer del tiempo necesario para producir textos de manera disciplinada. Y escribir historias novedosas en momentos en los cuales parece que ya todo está escrito y lo que leemos y escribimos son reelaboraciones de los mismos temas.
¿Qué le hizo saber que se dedicaría a ser escritor?: tal vez cierto narcisismo. Es muy placentero ver la propia palabra impresa en un libro. Además de lo comentado anteriormente, las historias recopiladas o imaginadas en el transcurso de la vida. Por último, la creencia de poder escribir cosas mejores que algunas que he leído.
¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?: en este momento no. Cuando hice la novela, escribía un episodio de cerca de mil palabras cada sábado por la mañana. Procuraba no levantarme del escritorio sin haber cumplido la asignación.
¿Tiene alguna musa de inspiración?: consciente, no. Sí me llegan ideas de pronto, pero no tengo idea de qué o quién las desencadena.
¿Cuáles autores lo inspiraron para escribir?: tengo unos cuantos escritores de cabecera: Kafka, Kundera, King. Ahora que lo pienso, noto cierto fetichismo con las K.
¿Qué libro le hubiese gustado escribir?: depende. Si es por el lado económico, cualquier best seller al estilo de la saga de Harry Potter, o El código Da Vinci. Si pienso en satisfacción personal, Historias de la Calle Lincoln de Carlos Noguera. Es un libro entrañable para mí, y me ha acompañado desde la época universitaria.
¿Existe el temor frente a la hoja en blanco?: en mi caso no, pues si no tengo nada que escribir simplemente no me siento a hacerlo.
¿Cuál autor venezolano recomienda leer?: a José Rafael Pocaterra.
¿Cuál es el libro más preciado de su biblioteca?: una edición del siglo XVIII del Paraíso, último tomo de la Divina Comedia de Dante. Me lo regaló un tío anticuario.
¿Cómo es su biblioteca, tiene un lugar especial, un sistema para ordenarlos, cuántos tiene?: mi biblioteca formal consta de tres estantes de un par de metros de largo, y está situada en el descanso de una escalera. Al principio la tenía ordenada por idioma (tengo muchos libros en italiano, por ser mi otra lengua madre) y por género. Desgraciadamente, debido a mi escasa habilidad manual, la biblioteca ha sufrido algunos siniestros por no estar fijada correctamente a la pared, por lo que ahora es un desorden organizado si acaso por peso, a manera de distribuir la carga. Además de esa biblioteca formal, tengo otras bibliotecas auxiliares en el baño y en mi cuarto. Debo poseer en este momento alrededor de 500 libros.
Recuerda con cuál libro se inició en la lectura: no estoy muy seguro. Creo que fue el libro Corazón (Cuore) de Edmundo de Amicis, pero pudo también ser el Pinocchio de Collodi. Ambos en italiano, por cierto.
¿Cuál fue el libro qué dejó una huella en ud?: una vez me cayó en el pie La montaña mágica, y me dejó tremendo moretón. Ahora, si hablamos de huella emocional, hay varios que me marcaron en diferentes etapas de la vida. De adolescente, Cuando quiero llorar no lloro de Miguel Otero Silva; en la etapa adulta, La insoportable levedad del ser de Kundera. Y lo que más me ha gustado últimamente es Lunar Park, de Bret Easton Ellis.
Un libro para iniciarse en la lectura: debe ser un texto lo suficientemente interesante para competir con la diversión inmediata que brindan los contenidos audiovisuales, consumidos a través de la televisión, monitores de computadora o consolas de video juegos. Tal vez Harry Potter, o El señor de los anillos para personas con mayores aspiraciones intelectuales.
Un libro para soñar: cualquiera de Stephen King. Claro que los sueños que proporciona no son agradables precisamente.
Un libro para no leer: en lo personal detesto la autoayuda y la prosa que se nutre de la conspiranoia. Si debo escoger uno, sería El Código Da Vinci, a pesar de reconocer el talento de Dan Brown para conseguir millones de lectores.
Un libro para leer en el baño: yo leo prácticamente de todo en el baño, pues es mi lugar habitual de lectura.
Libro de papel o electrónico: de papel. Tengo un Kindle en el que apenas he leído un par de libros. El libro como objeto físico tiene demasiado sex appeal, para mí.
¿Considera que las redes sociales y el boom de la tecnología ayuda para la promoción de la literatura?: en mi caso, de no existir esos recursos, tal vez nunca hubiera incursionado de manera seria en la escritura. Mis primeros intentos literarios se publicaron en el portal web Letralia, los contactos con el medio se lograron a través de las redes sociales inicialmente, e incluso participé exitosamente en un par de concursos de microcuentos a través de Twitter.
¿Cómo se conecta con el lector?: trato de exponer situaciones cotidianas con las que pueda sentir empatía, además de utilizar referentes geográficos que le resulten familiares.
¿Consejos para un principiante en la escritura?: leer, leer muchísimo. Leer de todo, lo bueno y lo malo, pues de ambos se aprende. Leer Mientras escribo, de Stephen King, que es lo equivalente a hacer un taller literario. Y por supuesto escribir de manera consuetudinaria y atreverse a mostrar lo escrito, sin miedo a la crítica. De hecho, mientras más críticas se consigan más provecho se obtiene.
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