Pablo Maurette: Siempre es la primera vez con autores como Dante

Nunca imaginó el escritor y profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Chicago, Pablo Maurette (Buenos Aires, 1979) la amplia repercusión que tendría su iniciativa de convocar a través de la red social twitter, la lectura de La Divina Comedia de Dante Alighieri durante 100 días empezando el 1ro de enero. El reto lector basado en esta obra maestra de la literatura universal ha despertado el interés en toda América. Pablo cuenta a QuéLeer todos los detalles de #Dante2018 y nos explica por qué le apasiona este clásico italiano escrito hace casi siete siglos.
¿Cómo se te ocurrió la iniciativa #Dante2018?
Ya lo hice otras veces esto de empezar el año leyendo la Divina Comedia, un canto por día. Esta vez lo anuncié por twitter, se empezó a entusiasmar gente y ahí se me ocurrió el hashtag; y corrió como reguero de pólvora.
¿Por qué La Divina Comedia deber ser una de nuestras lecturas obligadas?
Borges decía que “lectura obligatoria” es un oxímoron. Ninguna lectura debe ser obligatoria. Pero si a uno le gusta leer, le da placer, lo estimula, le recomiendo que lea esta obra, quizás el logro más alto de la literatura universal.
Convocaste a una masiva lectura internacional, en una red social tan poderosa como twitter. ¿Se han cumplido tus expectativas?
No convoqué a una lectura masiva. Dije que iba a leer un canto por día y si alguien me acompañaba… Se volvió masivo, jamás lo preví, jamás lo imaginé.
¿De cuántos países has recibido feedback?, ¿Cuál es el que más te ha llamado la atención?
Más de 20. Toda América, incluso países donde no se habla español como Brasil, EEUU, Canadá. Lo que más me sorprendió fue un lector en Papúa Nueva Guinea. Dije: wow, esto ya es algo planetario.
¿Alguna cita, reflexión o anécdota que quieras destacar?
Recomiendo mirar el texto original. Aunque no sepan italiano (o “toscano”), como hispano-parlantes podemos entender muchas palabras y apreciar la musicalidad de la terza rima. En Dante, la música de las palabras es todo. Las traducciones no logran reproducir eso.
¿Por qué para leer La Divina Comedia hay que abandonar la esperanza?
Dante debe abandonar toda esperanza al entrar al infierno.
Quizás, pienso, que la única esperanza que vale es la que uno adquiere luego de haberla perdido por completo.
Hiciste una ingeniosa cuenta regresiva con los días que faltaban para este reto literario y episodios de la vida de Dante. ¿Qué te llama más la atención de la vida de este genio?
Una vida muy agitada. Era un hombre que se metió en política hasta los tuétanos y fue condenado al exilio. Nunca pudo volver a su patria. Vivió con pena y con bronca. La Comedia es una obra inspirada en gran parte por esas dos emociones. Me impresiona que alguien tan comprometido con la vida pública fuese también tan genial en la contemplación.
¿Cómo te has sentido en esta relectura?, ¿Tienes una nueva percepción de la obra?
Es la séptima vez que leo la Divina Comedia y es como si fuera la primera. Siempre es la primera vez con autores como Dante. Es una obra infinita, inasible. Me levanto a la mañana, leo el canto en italiano, en voz alta, de corrido, después lo vuelvo a leer muy lentamente, mirando las notas. Tomo notas, tuiteo alguna que otra tontería, e inmediatamente después siento que ya se me fue, que ya lo perdí. Lo quiero poseer por completo, cada palabra, cada rima, pero se me escapa. Creo que es algo que solo pasa con las obras de los grandes genios.
De los cien cantos que la componen, ¿Cuáles te impactan más?
No puedo elegir, todos. Es una obra perfecta de principio a fin.
Citaste en un tuit a Jorge Luis Borges: La Divina Comedia es el ápice de la literatura. No existe obra que se le compare, simplemente porque no existe otra obra literaria perfecta. Cierras con la afirmación: Dante no se equivocó. Explícanos por qué.
Al leer uno tiene la sensación de que cada palabra es la palabra perfecta, que ninguna otra quedaría mejor, evocaría lo que se está evocando con mayor vivacidad. Esto es lo más difícil que hay para un escritor. Dante lo logra no una vez, ni diez, sino consistentemente durante 100 cantos. Es una maravilla sin igual.
¿Pretendes con esta iniciativa darle una mayor profundidad al uso del twitter para que sea algo más que política y cotilleo?
No. Solo pretendo nomás leer La Divina Comedia entera, a fondo, una vez más, y conversar con gente que la está leyendo. Cambiar el mundo, o internet (que es un poco lo mismo), se lo dejo a otros.
¿Te plantearías algo en Instagram?
Instagram es más visual. Podría ser. No lo uso mucho. Dejemos la idea para alguna persona que la quiera explorar…
Después de La Divina Comedia, ¿Te tienta alguna otra obra para hacer un reto similar?
Sí, hay que ver. La Comedia es perfecta para esto porque es una obra que todos conocen de nombre y, si no leyeron, creen que deben leer, mientras que, si la leyeron saben que una sola vez no basta. Además los cantos son cortos, es muy factible encontrar tiempo para leer uno al día; y son cien, número redondo, número mágico. No va a ser fácil encontrar otra obra que se preste tan bien como esta, pero vamos a pensar. El 11 de abril, el día después del final, vamos a llamar a una votación.
Una curiosidad ¿Por qué Dante usaba gorro de Papá Noel?
Un misterio que tal vez el final de la obra nos revele.
Estructura de La Divina Comedia: Cada una de sus partes, o cánticas (Infierno, Purgatorio y Paraíso), está dividida en cantos, cada parte consta de treinta y tres cantos, más el canto introductorio suman 100 cantos en total. Cada canto fue compuesto por estrofas de tres versos endecasílabos o terza rima, que se dice él mismo inventó (tercetos). Toda la obra está llena de símbolos que remiten al conocimiento y al pensamiento medieval; religión, astronomía, filosofía, matemáticas, óptica.
El poema cuenta con tres personajes principales: Dante, que personifica a la humanidad, representa la tentación del pecado, Beatriz, que personifica la Fe y llevará a Dante a cada una de las esferas del paraíso, hasta el Empíreo, espacio inmóvil, donde contemplará la Rosa mística formada por Dios y sus elegidos. Y Virgilio, que hace otro tanto con la razón.
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