Pablo Neruda inspiró a Jorge Edwards a donar su colección

Pablo Neruda inspiró a Jorge Edwards a donar su colección; el poeta chileno regaló algunas de sus colecciones a la Universidad de Chile aunque luego le confesó a su amigo Jorge Edwards, que no le gustaba cómo tenían su organizada su donación.
Esto hizo reflexionar al escritor Jorge Edwards, a quien le gustó la idea de que todos sus libros estuvieran en un mismo centro de estudio y por ello le pareció buena idea donarlos a la Universidad Adolfo Ibáñez por su inclinación humanística.
Pablo Neruda inspiró a Jorge Edwards a donar su colección
El patrimonio literario del escritor Jorge Edwards (Santiago de Chile, 1931) consta de 300 objetos, entre libros, premios, fotografías y manuscritos. Este material se encuentra en la biblioteca de pregrado del Campus Peñalolén, hasta la construcción definitiva de un nuevo edificio, que podría estar terminado en 2020.
En el acto de entrega estuvieron presentes académicos, periodistas, escritores, estudiantes. Durante esta ceremonia se le otorgó a Edwards, un croquis del nuevo edificio de la biblioteca. En la donación, hay joyas literarias como una edición original de «David Copperfield», de Charles Dickens, y «Ensayo sobre Chile», de Vicente Pérez Rosales, además de ediciones especiales de Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Pablo Neruda, Vicente Huidobro y José Donoso.
Jorge Edwards Valdés es un escritor, crítico literario, periodista y diplomático chileno. Miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua, ha sido distinguido con numerosos premios, entre los que destacan el Nacional de Literatura 1994 y el Cervantes 1999.
Su prolífica obra literaria comprende las siguientes novelas: El peso de la noche, Los convidados de piedra, El museo de cera, La mujer imaginaria, El anfitrión, El origen del mundo, El sueño de la historia, El inútil de la familia, La casa de Dostoievsky, La muerte de Montaigne, El descubrimiento de la pintura, La última hermana, Oh, maligna, sobre el amor entre Pablo Neruda y la birmana Josie Bliss (pendiente de publicación).
Edwards es colaborador asiduo de diversos diarios, tanto de Chile, como de Argentina (La Nación de Buenos Aires) y de Europa (El País, Le Monde o el Corriere della Sera). Su columna de opinión aparece cada viernes en La Segunda. Desde 2010 tiene la ciudadanía española.
Sus memorias
El escritor, publicó recientemente su segundo libro de memorias. El relato abarca desde los años 50 a los 70 del siglo XX.
Al abrir los ojos aparecen ante él los rostros de grandes figuras mundiales de la vida cultural y social. Cuenta anécdotas como un desmayo que sufrió por usar una camisa prestada, demasiado elegante y estrecha. Al abrir los ojos, lo rodean, entre otros, la vizcondesa filántropa y productora Jacqueline de Ribes (“la última reina de París”), el escritor Jean Cocteau, la estrella de cine Yul Brynner, el músico Francis Poulenc. Esto ocurrió allá por 1960, cuando comenzaba su carrera diplomática.
La segunda entrega de las memorias de Edwards, abarca el tercer cuarto del siglo XX. Comienza a mediados de los 50. Cuenta su ingreso al servicio exterior chileno, su matrimonio con Pilar Fernández de Castro y su viaje como estudiante de posgrado a Princeton. Luego, una serie de traslados y estadías en Suiza, Alemania, Paraguay, Grecia, Perú, Cuba. Fundamental fue su estancia en París. Allí se relacionó con los futuros escritores del boom y nació su amistad con Vargas Llosa.
Su carrera de diplomático-escritor le permitió conocer mucha gente aunque no cultivó muchas amistades. Mientras escribía sus memorias, encontró unas cartas de Guillermo Cabrera Infante y de Arthur Miller. “Yo conocí, por ejemplo, a Graham Greene, y tengo cartas de él. Era un gran tipo”.
“La memoria es algo que no tiene fondo y se sacan cosas de ahí que constituyen la literatura. La memoria es como una sinfonía, con frases, con tonos” afirmó Jorge Edwards.
Para Edwards, ser escritor, por ejemplo, es una extravagancia, es mal visto. “Creo que en Chile el tema fundamental sigue siendo una lucha por la libertad. En todo caso, tengo un cierto cariño por el país y guardo cosas que para mí son entrañables”.
El mundo de las ideas
Edwards se ha mostrado preocupado por el futuro de la lectura.
“El cambio hacia lo digital puede tener consecuencias muy importantes para la cultura y para el pensamiento crítico de la humanidad”.
“La transgresión siempre me ha interesado, la ruptura del orden, ese enigma de los bloques familiares. Thomas Mann decía que todas las novelas son historias de familia…”
«En las novelas no me gusta que se diga menos de lo que sabe el novelista, ni que se diga más de lo que sabe el novelista”.
“No fui especialmente feliz en mi infancia porque viví en un mundo sombrío, en casas viejas y con mucha gente, con muchas normas. Luego fui a un colegio de jesuitas represivo. Fui bastante feliz con mis primeros amores de juventud a los 20. Sobre todo cuando ocurrían en la costa del centro de Chile, entre Valparaíso y Zapallar. La felicidad es muy efímera, se escapa con facilidad”
“Mi lector favorito es aquel vocacional, el que ama los libros y no puede vivir sin ellos cualquiera que sea su situación en el mundo”.
“La escritura es más una vocación que una profesión. Cuando uno se mete tiene que ser profesional, pero lo que lo mantiene es el amor a los libros y a la escritura”.
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