¿Quién es Mariana Enríquez, Premio Herralde 2019?

Ella se había presentado bajo el seudónimo de Paula Ledesma y el título ficticio de Mi estrella oscura. El jurado del premio lo integraron el librero Lluís Morral, Gonzalo Pontón Gijón, Marta Sanz, Juan Pablo Villalobos y la editora Silvia Sesé.
Mariana Enríquez, Premio Herralde 2019
Mariana Enríquez es periodista y docente. Pertenece a la «nueva narrativa argentina». Sus cuentos se enmarcan en el género del terror y se han publicado en revistas internacionales como Granta, Electric Literature, Asymptote, McSweeney’s, Virginia Quarterly Review y The New Yorker.
Es subeditora del suplemento Radar del diario Página/12. Ha escrito novelas, relatos de viajes, perfiles y colecciones de cuentos como Los peligros de fumar en la cama y Las cosas que perdimos en el fuego, obra publicada en veinte países y galardonada en 2017 con el Premi Ciutat de Barcelona en la categoría «Literatura en lengua castellana».
Su trayectoria
Su infancia transcurrió en Lanús, un suburbio de Buenos Aires, donde creció escuchando historias y supersticiones de su abuela. Luego se mudó junto a su familia a la ciudad de La Plata. Allí se inclinó a la literatura y al punk, estudió periodismo y se especializó en música rock. Se graduó en comunicación social en la Universidad Nacional de La Plata.
A los 19 años escribió su primera novela, Bajar es lo peor, donde trataba temas que afectaban a la juventud: ansiedad, alcohol, drogas, rock, entre otros. La Editorial Planeta decide publicarla y se convierte en un éxito de ventas, se le considera como un libro de culto.
En 2004, publicó con la editorial Emecé su segunda novela, Cómo desaparecer completamente. En 2005, escribió para una antología su primer cuento, titulado El aljibe, en el que una niña visita junto a su familia a una curandera donde practican un ritual que le provoca un profundo miedo.
Nuestra parte de noche
De ficción romántica y macabra, Nuestra parte de noche, es una obra peculiar sobre la historia de Argentina mezclada con pesadillas y un ambiente gótico que según los críticos hace recordar a Ernesto Sábato, a Emily Brönte y al poeta maldito Arthur Rimbaud.
En la novela, cuya historia transcurre durante tres décadas, un padre y su hijo recorren la Argentina de los 80 por carretera hacia las cataratas de Iguazú, en la frontera norte de Brasil, en plenos años de la junta militar, con controles de soldados armados y tensión en el ambiente.
La novela aborda la inmensidad de la relación entre un padre y un hijo, los lazos terribles del amor y de la amistad, la enfermedad como condición de vida, las máscaras del ritual, la cara oculta de la historia y de la política.
Es un relato fantástico dentro de uno realista con pasadizos que esconden monstruos inimaginables, rituales con sacrificios humanos, el Londres psicodélico de los años 60 y extrañas liturgias sexuales.
Influencias
Mariana Enríquez ha declarado «Quería un poco más, incluso volver a una forma un poco más tradicional», y «con el género del terror podía pensar mejor las cuestiones que me interesan como la política, el poder, la herencia, el qué significa la familia, sobre América Latina, sobre la explotación, la explotación de los cuerpos».
Enríquez ha enmarcado su novela en los últimos años de la dictadura argentina y luego eligió los noventa porque era una época difícil para ser joven “eufórica y deprimente al mismo tiempo”.
La escritora admite influencias del genio del terror Lovecraft por la existencia de una sociedad ocultista, también de Borges, de Neil Gaiman y de Horacio Quiroga «con su selva como una especie de animal poderoso, el calor y la frontera como lugar misterioso e invencible». También hay paralelismos con el Guillermo del Toro con El laberinto del fauno y El espinazo del diablo.
Para el escritor Juan Pablo Villalobos, Nuestra parte de noche es una saga en la tradición de “la Gran Novela Latinoamericana” por lo que puede colocarse al mismo nivel de Rayuela de Cortázar, Paradiso de Lezama Lima, Cien años de soledad de García Márquez o 2666 de Bolaño.
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