Reseña de “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez

Reencontrarme con una obra que leí en mi adolescencia fue una experiencia maravillosa. Por eso, más que una reseña, me gustaría compartir las impresiones que me dejó esta nueva lectura de Cien Años de Soledad.
En primer lugar, el título es demasiado acertado. Gabriel García Márquez narra a la perfección esa tendencia a la soledad de sus personajes, Desde el patriarca José Arcadio Buendía incluyendo a todos sus descendientes.
Cada uno vivía su propio mundo en una especie de aislamiento auto escogido, la exageración de personajes como el Coronel Arcadio Buendía que labraba pececitos de oro con ojos de rubí en el día para volverlos a fundir de noche, o Amaranta la mujer que no supo ser feliz, ni en lo personal, ni en lo amoroso y que pasó los últimos años de su vida, cosiendo la mortaja para su funeral.
Y el más descabellado tal vez, es el penúltimo Buendía de la familia, Aureliano quien al estilo del primer José Arcadio Buendía, se comunicaba con Melquíades, el gitano muerto y su obsesión fue cómo descifrar los misteriosos pergaminos.
Serán siete generaciones de los Buendía que vivirán a través de las décadas. El autor no escribe fechas, pero ciertos hechos históricos como la Guerra de los Mil días y la presencia de la compañía bananera, son indicios de eventos que sí ocurrieron y que lo inspiraron.
La Guerra de los Mil Días fue un conflicto civil de Colombia disputado entre el 17 de octubre de 1899 y el 21 de noviembre de 1902, en un principio entre el Partido Liberal y el gobierno del Partido Nacional. Esta guerra se caracterizó por un enfrentamiento irregular entre el ejército gubernamental bien organizado y un ejército de guerrillas liberales mal entrenado y anárquico. El conflicto tuvo como resultado la victoria del Partido Conservador, la devastación económica de la nación con más de cien mil muertos.
La masacre de las bananeras fue una matanza de los trabajadores de la United Fruit Company que se produjo entre el 5 y el 6 de diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, Magdalena cerca de Santa Marta (Colombia). Un número indefinido de trabajadores murieron después de que el gobierno de Miguel Abadía Méndez decidió poner fin a una huelga de un mes organizada por el sindicato de los trabajadores que buscaban garantizar mejores condiciones de trabajo. La tragedia fue reflejada por García Márquez, quien nació en la zona bananera un año antes de la huelga. El personaje José Arcadio Segundo sostuvo hasta el final que fueron tres mil los muertos, siendo el único sobreviviente de una masacre que nadie en Macondo, recordaba.
La casa, desde el comienzo de la historia, es una protagonista más que se convierte en víctima de sus habitantes, su estado refleja el ánimo de quienes residen en ella. Es así como de ser una edificación modesta, pasa a ser una casa con ampliaciones y mejoras gracias a la diligencia de Úrsula Iguarán, la matriarca de la familia. Hay bonanza económica y eso se ve reflejado en el estado de la casa, mientras que su deterioro retrata a los habitantes y sus esperanzas perdidas. Nunca es abandonada del todo, siempre estará habitada por vivos y muertos.
La naturaleza se impone con fuerza, desde los largos periodos de sequía en medio de un sol abrasador hasta una incesante lluvia que duró 4 años, 11 meses y 2 días. Y es que cuando el realismo mágico del Gabo se impone con su pluma maravillosa y su fecunda imaginación. Una serie de insectos invaden la casa. En mi mente aún persiste la imagen del ejército de hormigas cargando al bebé Aureliano cola de cerdo, el último de la estirpe.
En las mujeres hay extremos, pero los personajes están excelentemente bien delineados. Las hay virtuosas y puritanas como Amaranta y Fernanda del Carpio. Las hay dedicadas y trabajadoras como Santa Sofía de la Piedad y la propia Úrsula Iguarán. Esta última, tiene un importante peso porque es la que reflexiona acerca de la naturaleza de la familia, criticando en qué se han convertido sus hijos. Acompaña a un marido que desvariaba hasta el final. Ciega para sí misma porque nunca quiso que nadie lo supiera. Esta matriarca, prima de su esposo José Arcadio se hará sentir en toda la novela, ya que fallece, a la edad aproximada de 122 años, nadie lo supo con certeza. Remedios La Bella, es una joven pura, hermosa y con el poder de desgraciar la vida a los hombres que se fijaban en ella. Su final, al mejor estilo garcíamarquiano, se eleva hasta el cielo y desaparece para siempre.
La prostitución siempre juega un papel protagónico en la trama. Mujeres como Pilar Ternera quien le parirá un hijo a cada hermano Buendía, a José Arcadio y a Aureliano. También está Petra Cotes quien se relaciona con los hermanos Aureliano Segundo y José Arcadio Segundo. El burdel es el lugar para que los muchachos tengan su primera relación sexual. Los hombres siempre van a parar a estos lugares, tan codiciados en el pueblo. Curioso es el caso de Aureliano Segundo, casado con Fernanda pero que siempre acudió a su amante Petra, entre otras cosas, porque ella representaba la fecundidad y alrededor de ella, los animales parían sin cesar.
De Macondo para el mundo
Los inventos sorprenden y maravillan desde el comienzo. Un José Arcadio Buendía seducido por lo que traían los gitanos. La alquimia, el imán, el hielo, el daguerrotipo, la alfombra mágica y hasta la dentadura postiza, encantan a un pueblo muy primitivo. Más adelante, la llegada del ferrocarril le dará nuevos aires al aislado pueblo.
Las guerras inútiles peleadas por el Coronel Aureliano Buendía, dominan parte de la narración. El conflicto de liberales y conservadores toma cuerpo con Aureliano quien un día se dará cuenta de cuan inútiles son los conflictos bélicos. Aunque no se conoce su reacción, las consecuencias de sus actos le dejaron como resultado, el asesinato de sus 17 hijos Aurelianos, concebidos con distintas mujeres.
Las mariposas y las flores amarillas, tienen protagonismo. Es sabido que para el Gabo, lo amarillo significaba suerte. Él decía que si había flores amarillas, nada malo le podía pasar. Uno de los personajes mágicos que aparece en el libro es el mecánico Mauricio Babilonia quien tendrá una intensa relación con Meme con un triste y dramático final. Cada vez que Mauricio estaba cerca, se veían mariposas amarillas revolotear, anticipando su presencia.
La herencia es un factor relevante en la familia Buendía. Los hombres de la familia, llámense José Arcadio o Aureliano, heredaron el físico del primer José Arcadio así como también los rasgos del carácter. Taciturnos, solitarios, maniáticos, poco comunicativos con obsesiones e intereses muy particulares.
El incesto está presente de una u otra manera. José Arcadio y Úrsula son primos. Ella temía que algún hijo saliera con una cola de cerdo. Amaranta tuvo una relación con su sobrino José Arcadio al que cuidaba desde niño. A él lo matan pero pensó en ella hasta el final. Aureliano Babilonia, quien fue criado a escondidas por su avergonzada abuela Fernanda, tiene una relación con su tía Amaranta Úrsula y de allí nacerá el último Aureliano con cola de cerdo.
Los espíritus viven libres en Macondo. La casa de los Buendía alberga al atormentado espíritu de Prudencio Aguilar. José Arcadio lo mató porque se burló de su hombría y su presencia lo persiguió. El espíritu más famoso fue el del sabio Melquíades quien siempre estuvo ligado a la familia. Una vez muerto, será como un miembro de la familia, siempre presente en su cuarto que funcionaba como laboratorio. Sus pergaminos encierran el secreto y el destino de todas las generaciones de los Buendía.
Si no se la han leído, no dejen de hacerlo. Cien Años de Soledad es una obra imprescindible. Es magia, es la esencia latinoamericana.
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