Reseña de “Dictadoras” del programa de Rosa Montero

Aunque la afamada periodista y escritora española, Rosa Montero (Madrid, 1951) ha aclarado que el libro no lo escribió ella, ya que su contenido está basado en los guiones de la serie televisiva Dictadoras que ella condujo por el canal TN de Argentina, obviamente que el texto tiene mucho de periodístico y es fruto de una amplia investigación basada en varios historiadores y familiares de los dictadores.
Este interesante libro aborda a cuatro polémicos personajes de la historia: Stalin, Hitler, Mussolini y Franco, desde el punto de vista de las mujeres que los rodearon y el papel que ellas jugaron en sus vidas. La historia describe el contexto en el que cada uno de estos hombres de Poder, se desenvolvió y cómo era el trato hacia las mujeres en su tiempo.
Josif Visarionovich Djugashvili, conocido como Stalin gobernó el imperio comunista soviético durante cuarenta años, forjando una dictadura de las más crueles y salvajes de la historia. Su primera esposa Ekaterina Svadnize conocida como Kato, aguantó abandonos, ausencia. Su muerte hizo que Stalin pronunciara estas palabras: Esta pobre criatura ablandó mi corazón de piedra. Ahora ha muerto, mueren con ella los últimos sentimientos cálidos que tenía hacia la humanidad”. p.27
Stalin era de baja estatura, tenía un brazo deforme y la cara picada de viruela pero eso no disminuía la atracción que sentían las mujeres hacia él. A Nadezhda Alliluyeva, (Nadia) la vio por segunda vez cuando él tenía cuarenta y tres años y ella diecisiete. Cuentan que en una de sus peleas, ella se encerró en el baño mientras le gritaba: “¡Eres un torturador, torturas a tu hijo, a tu mujer y a todo el pueblo ruso!”. p.38
Nadia tuvo que soportar todo tipo de maltratos e infidelidad y su triste final fue el suicidio. Realmente Stalin siempre repetía el patrón con todas las mujeres que dejaba entrar en su vida: “lo que Stalin quería de las mujeres era tener un ama de casa que, cuando él volviera de sus actividades clandestinas o de sus reuniones con el politburó, le atendiera en todos los sentidos y no le diera problemas” p.63
El libro hace un análisis de estos dictadores que con sus crueles acciones marcaron la historia a fuego y sangre. “Todos los dictadores son igualmente inadmisibles…Mussolini era un violador, tanto de mujeres como, metafóricamente, de las masas; Hitler era un genocida personalmente pusilánime, Franco un mediocre y un beato, y Stalin, simplemente un asesino.” p.71
Adolf Hitler nació en Austria en 1889, y al contrario de lo que la gente pueda pensar, fue un niño muy querido y mimado por su madre. Él fue el iniciador de la Segunda Guerra Mundial. Y la historia lo conoce por el exterminio sistemático y masivo de enemigos políticos y personas consideradas racialmente «inferiores» o «subhumanas», mediante la detención en una red de campos de concentración y exterminio en Alemania y en los territorios conquistados. Sus medidas raciales causaron la muerte de unas doce millones de personas.
El libro aborda la perspectiva de Hitler sobre las mujeres: “¿Sabes que el público de un circo es exactamente como una mujer? Quien no comprenda el carácter intrínsecamente femenino de las masas jamás será un orador eficaz…. Las mujeres toman la iniciativa: les siguen los hijos, y al final la familia arrastra al padre”. p.83
Hitler recibió en veinte años de vida política, unas ciento cincuenta mil cartas de admiradoras dispuestas a darle amor y hasta un hijo. Adolf tuvo una relación con su sobrina Geli Raubal. Aunque ella estaba deslumbrada por el poder, la fama y el dinero, Hitler nunca quiso casarse con ella. Él había decidido permanecer soltero. Esta joven que fue vigilada y encarcelada en su casa, terminó suicidándose en su habitación. Otra de sus mujeres que se intentó suicidar fue Unity Mitford pero fracasó y su cerebro quedó dañado para siempre.
La mujer que acompañó a Hitler hasta su muerte fue Eva Braun, con veinte años y él cuarenta y tres. Ella fue su compañera de vida aunque él la relegó a la clandestinidad. “Eva es demasiado joven, demasiado inexperta, para ser la primera dama. Sin embargo, es la única, mujer de mi vida, y después de la guerra, cuando me jubile, será mi esposa”. p.108
Se puede decir que cumplió porque antes de la derrota definitiva, se casaron en el aposento oficial del Fuhrer, en horas de la madrugada en una atmósfera que presagiaba la desgracia. Cuando el Ejército Rojo entró en Berlín, en búsqueda del búnker, solo encontraron los restos a medio calcinar de Hitler y Eva.
Benito Amilcare Andrea Mussolini “El Duce” nació en Varano di Costa, Italia en 1883. Se le conoce una relación con Angélika Balabánova, a quien le agradeció la educación y formación que recibió, “Si no hubiese sido por ella, yo sería un mediocre maestro de escuela” p.134
La mujeres de Mussolini provenían de diferentes estratos sociales, tanto burguesas como las de pocos recursos pasaron por sus aposentos. Tenía una excesiva propensión hacia las mujeres. Desde adolescente manejaba una idea superlativa de la virilidad. Doña Rachele, su esposa, siempre supo de las andanzas extramaritales de su esposo.
Es importante resaltar lo que esperaba el régimen de las italianas. “El lema era ‘una mujer fascista para una Italia fascista’. Mussolini sostenía que el papel femenino por excelencia consistía en “cuidar la casa, tener niños y llevar los cuernos”. p.149
Clara Petacci se enamoró del Duce a los catorce años. Estaba obsesionada y tenía recortes y fotografías de él en su habitación. Ella lo acompañó hasta el final. En el momento de la ejecución le pidieron que se apartara. Pero ella se rehusó y también fue fusilada. Los cuerpos de Clara y Mussolini fue colgados cabeza abajo y exhibidos para que la gente los insultara y vejara.
Francisco Franco Bahamonde nació en El Ferrol, España en 1892. Fue un Dictador español que ejecutó una represión feroz de la oposición con la ejecución de sesenta mil personas sólo entre 1939 y 1945.
Una de las diferencias con relación a los otros dictadores es que no manifestó intenciones de flirtear ni de ser infiel como fue el caso de Stalin, Hitler y Mussolini. Doña Carmen fue su mujer toda la vida. Dicen que era peligrosamente aburrido y gris. Doña Carmen apoyaba las actividades de su marido “Apoyaba la represión, la mano dura. Sin duda, tenía un corazón muy duro” p.196
Carmen Polo recibió numeroso regalos desde propiedades, joyas, antigüedades, cuadros, dulces, flores, bombones. Y era mandona con Franco, además de codiciosa. “Otra muestra de su avidez fue que fundió las medallas, bandejas y placas que había ido recibiendo Franco como obsequio y homenaje y los convirtió en lingotes de plata u oro”. p.198
El libro relata que mientras se realizaba la fiesta de presentación en sociedad en 1944 de la hija del matrimonio con más de dos mil invitados, las mujeres en la posguerra tenían una difícil situación, debían tener autorización del marido para trabajar, para sacar el pasaporte, comprar un automóvil y tener una cuenta bancaria. Y el esposo podía cobrar el sueldo del trabajo de su mujer. Así era la situación de las féminas en el franquismo.
A la muerte de Franco, Doña Carmen debió abandonar El Pardo. “Le habían quitado el coche oficial, parte de la escolta, ya no se inclinaban ante su presencia, no se reconocían los méritos y sacrificios del anterior jefe del Estado, ya no la temían ni respetaban como antes” p.219
Sin duda que Dictadoras es un relato que nos hace reflexionar ya que como dice el refrán popular, detrás de un gran hombre, hay una gran mujer. Hubo muchas mujeres detrás de estos hombres. Sufriendo maltrato físico, psicológico; la mayoría, anónimas pero utilizadas y desechadas. La actitud machista siempre prevaleció. El papel de la mujer en la sociedad era subvalorado. Por eso hay que aplaudir los actuales logros de la mujer en el área de sus Derechos y en todos los ámbitos de la sociedad.
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