Reseña de “Los seres que nos miran”, de Jaime Huertas Fernández

El escritor Jaime Huertas Fernández (Caracas, 1968) presenta su más reciente obra, Los seres que nos miran (2022), editada por Punto Rojo Libros. Una inquietante apuesta en la que se aborda una situación de ciencia-ficción con implicaciones filosóficas.
Numismático Parulo, un antropólogo de un pueblo en un país centroamericano, vivirá una experiencia única que cambiará sus creencias y lo impactará de una forma devastadora.
Sabía que iba a suceder, que era inevitable, pero siempre mantuvo la esperanza de que algo extraordinario ocurriera”. (pág.12)
El protagonista había decidido estudiar una carrera con poca demanda estudiantil. La modesta universidad en la que trabaja, le ha dicho que ya no tendrán financiamiento de los franceses para las excavaciones en la Sierra. Su vida es un caos, no solo en lo laboral, sino en lo sentimental.
Parulo tiene más de 30 años, pero no se ha casado, ni ha tenido hijos. La causante de su soledad es la vecina de su madre, la mestiza Inés, a quien conoce desde niña y siempre ha sido el motivo de sus desvelos. La indiferencia de ella, le duele en lo más profundo de su ser.
Comenzaba a sentir lástima de sí mismo. Lo peor que le puede ocurrir a un ser humano lo sufría él en ese momento, en medio de una montaña, lejos de su casa y acompañado de ella”. (pág.73)
Inés, no ha tenido una vida sentimental fácil. Por su belleza, ha sido objeto de deseo de muchos hombres del pueblo. Fallidas experiencias, la han dejado decepcionada, sola y con dos hijos a cuestas de dos relaciones distintas.
El escritor ha dividido el libro en veintitrés capítulos. A lo largo de la historia, se relatan las vivencias del antropólogo centroamericano quien se reencontrará con Inés, e intentará, pese a su timidez, mostrarle sus intenciones amorosas.
Parulo se irá convirtiendo en un salvavidas para ella, ayudándola a encaminar su vida luego de sus fracasos amorosos. Inés se irá dando cuenta de lo importante que es esta relación y tal vez, es hora de darle una oportunidad al fiel y eterno enamorado. Esa podría ser la oportunidad que necesitaba para darle un padre a sus dos hijos.
Huertas Fernández desarrolla una narrativa fluida, atractiva, entretenida. Maneja a la perfección los elementos descriptivos que le dan ritmo a la trama.
El cabello le caía más debajo de los hombros, un tramo reposaba en su espalda, el otro le cubría parte de uno de sus senos; parecía lava negra, brillante, enfriada por el viento”. (pág.41)
El lector se deleitará con el uso de los símiles, una escena amorosa entre los protagonistas, es toda una experiencia caribeña.
Por fin tenía los frutales que tanto había deseado: los manguitos criollos, antes duros y fibrosos, estaban oblongos y cansados; al comérselos comprobó que tenían mejor sabor que las mangas y los injertos probados en otros vergeles”. (pág. 133)
Numismático conoce la Sierra como la palma de su mano. Un día, descubre algo que le llama la atención y que no tiene explicación. Desde ese momento, comienzan a llegar extraños, todo cambiará radicalmente. Él será convocado por las más altas autoridades del país.
Sus conocimientos, serán de utilidad para el más grande de los descubrimientos de la humanidad.
Numismático entró a su casa muy confundido. Tenía el presentimiento de que algo extraordinario iba a suceder muy pronto. No sabía decir qué fenómeno había ocasionado tal evento, aunque sí podía asegurar que su vida y la de muchas personas no volverían a ser las mismas”. (pág.49)
En la novela subyace un mensaje ecológico. El hombre destruye el medio ambiente con sus acciones inconscientes.
También se hace presente una crítica a la frivolidad social.
Lo que pasa es que un pelotero o un actor de televisión son más importantes en esta sociedad que una persona que descubra un medicamento para salvarla”. (pág.180)
¡En este país a quién le va a importar la ciencia!- lo interrumpió-. Aquí todo el mundo quiere ser político, abogado, economista y comunicador social; las demás carreras están para complacer a los poquitos que quieren salirse de la rutina”.(pág.94)
Huertas Fernández se centra en las capacidades del ser humano.
El hombre no tiene límites, el límite lo pone cada uno. No hay límites para el entendimiento humano. Las generaciones van pasando sus conocimientos, y cada vez el hombre es más sabio”. (pág.114)
El protagonista dudará, reinterpretará los códigos de la sociedad. El autor no escribe sobre el maniqueísmo del bien y del mal. El lector deberá realizar sus propias interpretaciones sobre un mensaje sobrenatural.
Las novelas de Jaime Huertas Fernández, como él mismo, lo ha reconocido, tienen vida propia. El escritor no tiene control al publicarla. Y así ha sido en Los seres que nos miran.
¿Te atreves a cambiar tus concepciones más arraigadas?
Numismático percibía al Ser como una evolución perfecta. Supuso que eran dos personas en una, y quizás de allí venían su inteligencia y su belleza”. (pág. 203)
Los seres que nos miran
Editorial: Punto rojo
Colección: libros en español, ficción
Páginas: 240
Jaime Huertas: una novela nace cuando una idea me inquieta
Jaime Huertas Fernández (Caracas, 1968)
De madre española y padre colombiano. Comenzó a escribir desde temprana edad.
Ha publicado las novelas:
–Panteón vacío (Caracas, 1992)
–Generaciones vencidas (primera edición: Caracas, 2004; segunda edición: España, Caligrama, 2021)
–Tu mano en mi rostro (España, Caligrama, 2020)
“Los cuerpos no se corrompen, sino envejecen. Las almas sí”. Jaime Huertas Fernández
¿Sostendrías una conversación con un ser de otro planeta?
Patricia Chung
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Fragmento de Los seres que nos miran - QuéLeer
19/05/2023 at[…] Lee la reseña aquí: […]