Reseña de “Más allá del invierno” de Isabel Allende

Todos los seguidores de Isabel Allende (Lima, 1942) saben que cada 8 de enero comienza a escribir una nueva novela. Más Allá del Invierno se empezó a gestar en 2015 por lo que es el libro más reciente de su obra multipremiada y traducida a treinta y cinco idiomas.
La historia nos cuenta la vida de tres personajes: Lucía Maraz, Richard Bowmaster y Evelyn Ortega. Las historias individuales corren paralelamente con la trama central que los une y que no puede ser más interesante e inesperada ya que involucra a un cadáver en la maleta de un carro.
Estos tres personajes han tenido vidas azarosas, con episodios de intenso sufrimiento. El lector se irá compadeciendo de todo lo que han vivido. El invierno en sus vidas, dejará paso a un bálsamo similar a una primavera y tal vez a un verano que alivie los malos recuerdos.
Lucía es chilena, profesora visitante de la Universidad de Nueva York y tiene un perro chihuahua llamado Marcelo. En su vida hay episodios de pérdida. Su hermano Enrique ejerce la militancia política de izquierda, en apoyo a Salvador Allende. Luego del golpe militar de 1973, Enrique es acusado de guerrillero y Lucía de simpatizante. Enrique desaparecerá sin dejar rastro y Lucía debe salir de Chile lo más pronto posible, hacia Canadá.
Lena, madre de Lucía se consumirá en vida, en la búsqueda desesperada de noticias sobre su hijo, sin obtenerlas jamás.
Lucía, por su parte luego de varias relaciones amorosas fallidas, tras su regreso a Chile, entrevista al abogado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Carlos Urzúa, y luego de la primera noche juntos queda embarazada de una niña a la que llamaría Daniela. Un matrimonio por compromiso y rutina logra subsistir contra todo pronóstico por veinte años.
Luego Lucía se enfermará de cáncer, su marido la abandona, pero poco a poco irá recuperando su salud y a su vida llegará la oportunidad de trabajar en Nueva York bajo las órdenes del cauteloso y maniático Richard.
Richard fue un niño estudioso y tímido que sufría siempre del estómago. Estudió Ciencias Políticas y por un trabajo académico decide ir a Brasil en 1985 a los veintinueve años. Como el baile no se le daba, decide inscribirse en una academia donde conocería al amor de su vida, la dueña de la academia, Anita Farinha. La corteja, se casan y al segundo año de matrimonio tienen a Bibi. Lo que sucederá a partir de ese momento tiene visos de tragedia. Anita, que venía de un clan familiar extenso, decide tener más hijos pero tiene tres pérdidas. Su desesperación va en aumento. Vende su academia de baile. Richard, se entrega a la bebida. Cuando finalmente logra completar su embarazo y dar a luz, su bebé Daniel fallece de muerte súbita. Ella se hunde en un abismo. La desgracia ronda ese hogar y Richard luego de una noche de alcohol atropella a su hija Bibi, quien muere. Ese episodio termina de sumir a Anita en el vacío. Y aunque Richard logra llevarla a Nueva York para alejarla de su familia y de su depresión, no lo logrará y ella se quitará la vida.
Richard debe vivir con ese remordimiento toda su vida.
Evelyn es una jovencita guatemalteca con cuerpo de niña y problemas de tartamudez, proveniente de la comunidad de Monja Blanca del Valle. Su madre se va a Estados Unidos dejando a Evelyn y sus dos hermanos a cargo de su abuela Concepción Montoya. La vida de esta jovencita será sacudida por intensos hechos desafortunados. Su hermano mayor Gregorio Ortega abandona la escuela y se alista en el violento grupo MS-13 conocido como la Mara Salvatrucha. Este hecho traería consecuencias nefastas a la vida de Evelyn. Gregorio aparece muerto por traidor. Luego unos hombres asesinan al hermano menor, Andrés, violan a Evelyn como represalia por la traición de su hermano. Por lo que Evelyn debe salir de ese pueblo.
La escritora nos cuenta en detalle el drama humano de la inmigración ilegal de México hacia los Estados Unidos. El actuar de los coyotes y el riesgo permanente de morir en el intento.
Evelyn logra llegar a los Estados Unidos de manera dramática. Se va a vivir con su madre, de quien no se acordaba y con la que nunca pudo llenar el vacío de tantos años separadas. Luego de un episodio violento, llegará a Brooklyn a casa de los Leroy. Allí presencia violencia doméstica y sospecha de los negocios turbios que involucran a Frank Leroy. La única dicha de Evelyn es cuidar del niño con discapacidad Frankie que roba su corazón.
Isabel Allende, de manera muy hábil logra unir a estos tres personajes que no tienen nada en común con el cadáver de Kathryn Brown que se encuentra en el automóvil de los Leroy. El libro va narrando cómo estos tres personajes planean dejar el cuerpo en un lugar para que lo encuentre la policía, sin ellos quedar en evidencia ya que son inocentes pero deben hacer frente a este hecho fortuito.
Lo importante es cómo el amor va surgiendo en medio de ese helado invierno entre Richard y Lucía, una oportunidad se abre para ambos, limpia, cálida, sincera.
“El amor siempre se me ha dado a medias”, le había confesado ella en una ocasión. Eso se terminó. Iba a amarla sin límite, absolutamente. p.312.
Si algo tiene esta autora es la definición milimétrica que hace de los personajes a quienes describe de manera tan metódica y detallista, que el lector se siente parte de sus historias. Los sentimientos, las pasiones, los odios, podemos leer hasta sus almas. Isabel Allende, nuevamente nos ofrece un libro interesante que traspasa la ficción para mostrarnos realidades y cuyo mensaje es que a pesar de lo malo que pueda ocurrir en la vida de alguien, siempre habrá un sol que despejará las nubes de un día de invierno.
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