Reseña “Una semana de libertad” de Rubén Harrysson

Una semana de libertad de Rubén Harrysson. Algo va a pasar en Toledo. Así lo comentaban en la calle aquel junio de 1266. La ciudad española de las tres culturas poblada durante mucho tiempo por cristianos, judíos y musulmanes vivía un gran esplendor en medio de la intensidad social, política y económica.
Las paredes guardaban secretos que valen mucho, la libertad, el honor, el poder e incluso la vida.
El escritor y músico español radicado en Estocolmo, Rubén Harrysson quien ha trabajado en radio, como locutor comercial, actor de doblaje y de documentales, combina su faceta musical como integrante de bandas de rock con la literatura. Nos presenta una novela fascinante, profunda con una narrativa que atrapa al lector.
Una semana de libertad es un relato minucioso que tiene muchas aristas. Su autor se ha documentado a profundidad para mostrarnos el pulso de Toledo, desde la Aljama, el Mercado de la Alcaicería, la Iglesia de San Román, la Plaza del Zocodover y por supuesto el río Tajo con el emblemático balsero Aguinalde, el Alegría.
Ashir el prestamista judío ha comprado unos terrenos adyacentes a la Catedral en los que el arzobispado pretende construir un claustro. La Diócesis toledana se involucrará en una serie de artimañas contra el sefardí. Este se valdrá de su astucia y de su mejor arma, su bella hija Adira.
El judío quien es poseedor de los secretos de la ciudad, hará un trato con Garemberto, un noble venido a menos a quien le entregará su hija en matrimonio a cambio de una información secreta que lo enriquecerá notablemente.
¿Qué tiene Toledo que tanto lo desean los moros, los judíos y los cristianos? No se puede caminar por sus calles derecho, se sufre de calor como en el desierto y en el invierno la piedra guarda el frío y la humedad como si estuviera enclavada en el norte. (pág.181)
La joven Adira, deberá convertirse al cristianismo. Ella ha aceptado su destino.
La única condición que le puse a mi padre para casarme era que me dejara libre una semana. —Escondió la mirada al reconocer su juego—. Dentro de unos días, regresaré para ser la esclava de otro hombre. (pág.248)
El escritor ha planteado muy bien lo que significan las trampas del destino. En una semana muchas cosas pueden cambiar. Adira, quien ha vivido recluida en la judería conocerá a Barroso un ensimismado e inexperto cartero mozárabe de 16 años que le mostrará su lealtad y estará dispuesto a protegerla aunque tenga que pagar un alto precio.
En la historia destaca el cura de la parroquia San Román, Manuel de Oligues Pandueza quien apoya a la pareja desde un comienzo pero se verá envuelto en una serie de secretos que se esconden en la ciudad. El más grave de todos, la conspiración de la nobleza junto a la iglesia para derrocar al Rey Alfonso X El Sabio.
La aristocracia llevaba un tiempo descontenta con la política del monarca… Un monarca avanzado a su tiempo que, como decía Nuño, no le temía a nadie ni a nada, y que había reducido drásticamente la porción del pastel a la alta burguesía española. No solo los asustaba a ellos, también a media Europa conservadora y, por supuesto, a la Iglesia de Roma, que consideraba sus políticas progresistas y muy peligrosas. (pág.273)
Pandueza, hombre débil, será tentado por la sarracena Nur y se debatirá entre su libertad y su vocación sacerdotal.
Todas esas cosas que le habían sucedido esa semana, las mentiras, la lascivia, la violencia, habían estado siempre en su cabeza. Pues, no había dudado en hacer uso de ellas cuando la situación lo había requerido y de manera sobresaliente. Pero lo peor no era eso; sino la sensación de alivio que había experimentado. Lo que le llevó a una segunda reflexión todavía más peligrosa: ¿y si el hombre solo comenzaba a sentirse plenamente hombre cuando dejaba de oír a Dios? (pág.544)
La iglesia de San Román es fundamental en la trama. Allí se esconderán los perseguidos que temen por sus vidas. Ese centro de culto representa la mezcla entre culturas, muy parecido a una mezquita; desde su alminar se divisa toda la ciudad.
Y dígame, don Manuel —dijo Al-Hasan tomando asiento en la montonera de almohadas—, ¿no es acaso Toledo un lugar donde unos invaden, otros son invadidos y, finalmente, un alminar se acaba convirtiendo en campanario? (pág.137)
Pero las pasiones desbocadas guiarán el destino de sus personajes, desde el propio Garemberto quien se ha obsesionado por la novicia Velasquita del Convento de San Clemente. Ella será la protegida de la Hermana Gabriela y conocerá el amor prohibido gracias a Alfonso el Osorio, el forjador de espadas, un hombre que guarda muchos secretos sobre su origen y aún sufre por el amor trágico de la campesina cristiana Teresa Salgueiro. El camino no será fácil para ellos.
Sé lo que no soy. —Levantó la barbilla—. No soy la guerra ni la venganza; tampoco la soberbia ni la sinrazón. Y porque no soy todas estas cosas, también sé que no pertenezco al cristianismo o al islam, aunque mi nombre anuncie lo contrario… (pág.186)
La ciudad de Toledo con su particular distribución, es la protagonista de esta historia, allí conviven seres cuyas identidades no son las que exhiben, allí nadie es lo que parece ser. Confluyen cristianos, mozárabes y musulmanes en un extraño equilibrio.
La propia religión puede enmascararse por la vestimenta. Muchos le deben algo a alguien y el precio de la lealtad es caro. Ira, venganza, intolerancia e intrigas, son parte de la cotidianidad. “Toledo era lo más parecido a una cebolla: capas y más capas de secretos y mentiras”.
Uno de las figuras que conmueve es Farsir, el ex esclavo con un gran talento artístico para la pintura pero cuyo sueño es llegar a Salé para poder morir tranquilo. El destino torcerá sus nobles intenciones. La libertad es el más preciado valor en una sociedad donde esclavitud aún existía.
Un grupúsculo de personalidades irá adquiriendo importancia en la trama, la iglesia siempre tras los hilos del poder representada por Sancho de Aragón, Arzobispo de Toledo; también está Nuño González de Lara, ricohombre y asesor, así como Juan de Dios Arriaga, férreo soldado murciano cuyas intenciones tienen que ver con el poder y la venganza.
Reseña Una semana de libertad
Otros sujetos que mueven las acciones son Al-Hasan, el moro que guarda secretos y traiciones; Faldún, el esclavo que anhela su libertad y el escribano Juan Quirino, padre de Barroso.
Destacan soldados que se ganarán la vida espiando, siendo mensajeros e incluso ejecutando acciones innobles, como Basterna y Domingo de Soto. Obtener información es importante, es poder.
Intriga en la última parte de la novela, la presencia de Mohamed I Ibn al-Ahmar, rey nazarí; Rakim, visir de los ejércitos; su hijo Amir y Zyryab. Podrán tener una influencia decisiva en la historia.
Se reconoce en Rubén Harrysson, su destreza en el manejo de la acción y el desarrollo de las emociones en cada uno de los personajes logrando que la interacción entre ellos forme un entramado perfecto que le da solidez y contundencia a la historia.
Definitivamente, el arzobispo toledano tendrá dificultades para cumplir la voluntad de la todopoderosa iglesia romana, el juego se ha trancado por la acción de un hábil judío.
Una semana de libertad, poder y dinero confluyen en una trama vertiginosa que mantiene la acción desde el comienzo hasta el final. Muchas interrogantes quedan por despejar, el destino incierto genera dudas.
«Una mujer de hoy prefiere la espada a los versos, el valor a la cobardía y, ante todo, ser protegida en lugar de acabar huyendo” (pág.140)
«¿Y no es el amor una dura batalla también? ¿Una de las más brutales y feroces, en la que un contrario despoja de su alma al otro? ¿En la que acaban enfrentándose por sobrevivir nuestros sueños y anhelos? ¿Y qué es el amor, sino sentirse morir?» (pág.108)
«No pasa el tiempo en balde en estas tierras. Recuerde que, cada tarde que se pone el sol, disponemos de un día menos para cumplir nuestros sueños». (pág.157)
Lee el primer capítulo de Una semana de libertad
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