Reseña “Yo, julia” de Santiago Posteguillo

Yo, Julia es el libro escrito por Santiago Posteguillo (Valencia, España-1967), ganador del Premio Planeta 2018.
Pese a tener más de 600 páginas, está muy bien estructurado y la historia está tan bien contada que se lee de manera fluida.
Yo, Julia
El mérito del escritor valenciano es haber podido integrar historia y ficción de una manera ágil y apasionante. La novela, producto de una investigación de 3 años, cuenta la historia del Imperio romano del segundo siglo d.C. Nos presenta a Julia Domna, la siria de Emesa que estaba muy clara de su futuro en la vida.
El libro adiciona un glosario de términos latinos y otras lenguas que el lector debe consultar con frecuencia. Además, de un mapa del extenso Imperio romano, planos de las batallas y el árbol genealógico de los personajes Septimio y Julia.
La historia ocurrió en la vida real y rescata a un personaje femenino, por demás interesante, una mujer muy atractiva, fiel a su marido, madre estricta, buena hermana y siempre presente en los consejos de guerra para asesorar a su marido, el emperador.
El relato épico está contado por Galeno, un médico de emperadores quien supo desde el primer momento, cuál sería el rol de Julia Domna en el destino del Imperio Romano.
El libro está estructurado en cinco partes, cada una con los nombres de los emperadores que adversaron a Julia, estos fueron: Cómodo, Pértinax, Juliano, Nigro y Albino.
La historia
Todo comienza con un incendio en el que Galeno pierde preciados documentos de medicina e investigaciones muy valiosas.
¿Por qué no intentar encontrar los libros de Erasístrato y Herófilo que, estaba seguro de ello, seguían ocultos en algún lugar de Oriente?…Los avances en la ciencia médica nunca se valoran hasta que los poderosos los necesitan” p.331.
Desde el primer momento, se perfila a Julia como una mujer de armas tomar. Ella, es esposa de Septimio Severo, prometedor legado del imperio, gobernador de la Panonia Superior. Cuando se casan, él era un viudo de cuarenta años y ella una jovencita de dieciséis.
Los acontecimientos históricos convergen siempre en el acceso al Poder. La novela comienza a relatar la gestión de Cómodo, un emperador desquiciado que organizaba cacerías de animales salvajes y hombres tullidos que venían de la guerra. Él los mataba para deleite de su pueblo.
Aspectos que deben resaltarse son, la lucha de poderes para alcanzar el máximo purpurado, el llegar a ser Emperador, le costó la vida a muchos. Las intrigas políticas del Senado, cuyos miembros conspiraban en silencio y a su antojo con el candidato que más les simpatizara.
Es una historia sobre traiciones, asesinatos, venenos, espadas, guerras, muertes, sangre, excesos.
Para obtener el poder y la aclamación popular, no era suficiente tener dinero, como lo fue el caso de Juliano, tampoco el más justo como Pértinax. Lo importante era el poder militar, las alianzas y el mando de las legiones, eso y el apoyo de los dioses, podía garantizar llegar al trono.
En el transcurso del relato, Julia va adquiriendo una posición privilegiada. Para que su marido llegara a ser emperador, tuvo que idear estrategias que le fueron granjeando enemigos y el respeto de su marido.
Lo que Julia no resolvía en el día, lo hacía en la noche, seduciendo a Septimio. Ellos estaban enamorados a diferencia de otras parejas de poder. Se deja entrever que él, a pesar de ser un estricto militar, era un poco inseguro. Julia le transmitía esa seguridad y lo manipuló en función de su meta.
“No luchamos por un imperio, esposo mío. Luchamos por una dinastía… Mi objetivo…- se corrigió inmediatamente-, nuestro objetivo es el de instaurar una nueva dinastía imperial, nuestra dinastía”.
Es importante resaltar que Julia no es una mujer de origen humilde, es hija de un rey-sacerdote del culto del dios El-Gabal. Una mujer de piel morena y atractiva figura. Ella era uno más de los hombres de Septimio, su esposo, a la hora de planificar estrategias de guerra.
La sociedad romana estaba dividida en castas o clases sociales, Julia ni siquiera sabía nada de sus esclavos, solo los premiaba con sestercios cuando le hacían algún favor, en especial Calidio, su atriense.
Desde un comienzo, Julia se empeñó en acompañar a Septimio en todas las expediciones y batallas junto a sus hijos, los niños Basiano y Geta. Él se opuso en varias oportunidades, pero ella hizo caso omiso.
Su presencia constante y consejos oportunos, lograron que fuera bien vista y aceptada entre las legiones, a tal punto de ser nombrada como mater castrorum o madre del ejército.
Posteguillo es un gran narrador que delinea a la perfección los personajes y les da su justo valor en el peso de la historia. Ellos conocen muy bien a sus antepasados y los nombran con frecuencia a modo de ejemplo. Por ejemplo, Septimio Severo es admirador de Alejandro Magno.
Se vuelve muy importante el tema de la geografía para determinar movimientos estratégicos, alianzas y enemistades. El Imperio romano es vasto y hay que cuidar sus fronteras.
Julia es analítica, impulsiva y visionaria. Le gusta mandar y eso no va acorde con el temperamento masculino y la época. Pero, “Julia tenía sus propias ideas” p.331
El logro más relevante del escritor es rescatar a un personaje, que probablemente, por no ser hombre, nunca fue tomada en cuenta. Sin embargo, Julia Domna fue la mujer más poderosa e influyente de toda la historia del Imperio romano.
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