Reyes Monforte: Escribir es un verbo, un oficio, un trabajo

Su inspiración es la vida real. Para la escritora española, Reyes Monforte, cualquier momento es bueno para escribir. Su más reciente novela, La memoria de la lavanda, aborda el dolor, el vacío, la muerte, la pérdida, los afectos y la traición de los más cercanos.
Reyes afirmó en entrevista a Qué Leer que no hace distinciones entre literatura femenina o masculina, simplemente “hay literatura buena o mala”.
En La memoria de la lavanda, Lena logra superar una pérdida y ser feliz. Cuéntenos sobre esta protagonista y su relación con la lavanda, una planta asociada a la relajación y a la eliminación de la ansiedad.
La memoria de la lavanda es una novela sobre la vida, sobre el amor encontrado y arrebatado, sobre la amistad verdadera y la ficticia, sobre la familia impuesta por la sangre y la elegida por criterio propio; es una novela sobre cómo se heredan los afectos pero también los odios, sobre cómo se vive en mitad de una pérdida, cómo se puede seguir respirando cuando sabes que la persona más importante de tu vida se ha ido para siempre. Es una novela sobre cómo se gestiona el dolor, el vacío, la muerte, la pérdida, los afectos, la traición de quienes se supone son los tuyos y resultan ser los contrarios, las trampas del destino y sus reveses; de cómo los recuerdos ayudan en ese entramado de emociones y momentos compartidos, de cómo se construye la memoria y para qué nos sirve. Es una novela cuya protagonista se llama Lena pero podría llevar el nombre de cualquier lector que se acerque a ella.
Lena sabe que el duelo no puede combatirse, porque es una guerra que tiene perdida de antemano: ya sabe cómo acaba y no existen armas que le proporcionen una victoria. Ella sabe que ha perdido y lo único que puede hacer es gestionar esa pérdida, la manera en que lo haga es lo que le hará salir mejor o peor parada de la situación. Lo que le hace diferente al resto es cómo se enfrenta a esa pérdida, con qué armas y en qué compañía.
En cuanto a la lavanda, es un personaje más de la novela. No solo porque se convierte en el principal escenario de la historia, sino por lo que encierra su tierra y por todo lo que sus protagonistas han vivido en ella. Tármino no es solo una localización llena de belleza por sus campos de lavanda y el atractivo que ello supone, sobre todo durante la celebración del Festival de la Lavanda, el 15 de julio, que es el momento temporal en el que se desarrolla la mayor parte de la novela ; Tármino tiene entidad propia, es el mundo azul, como lo denomina Lena, un mundo que tiene sus propias reglas, su historia, su identidad, que sabe guardar secretos pero también desvelarlos cuando la ocasión lo requiere, donde el pasado vuelve cuando menos te lo esperas para explicar muchas de las cosas que mantienen unidos a los protagonistas, y otras que explican por qué hay lazos que se rompieron en su día y nunca podrán restaurarse. Tármino se convierte en el nexo de unión entre la vida y la muerte, entre lo conocido y lo desconocido, en esa frontera que une dos mundos, una especie de Mediterráneo, no sólo por su extensión y su color, sino por todo el mundo convulso y enigmático que encierra bajo una apariencia tranquila.
Escribir ese libro significó para usted una forma de sanar sus heridas y aliviar su tristeza ante la pérdida de su esposo.
Escribir ni cura ni sana ni enferma. Escribir es un verbo, un oficio, un trabajo. Parafraseando a Borges, al verbo escribir le sucede como al verbo leer, amar o soñar: no admite el modo imperativo. Al trabajo, también al oficio de escribir, hay que ir preparado, con los deberes hechos. No me gusta mucho esa leyenda que se refiera a la escritura como una terapia para el autor, porque eso significa que el escritor está utilizando al lector como psicólogo. Y eso sería egoísta, ya que cada uno tenemos nuestros dramas, nuestros problemas, nuestros dramones. Yo escribí “La memoria de la Lavanda” como una novela más. Y según los ojos de quien la lea y su propia experiencia, será así, o será algo más. Pero eso ya depende del lector, que desde que empieza a leerla, hace suya la novela y cobra vida y sentido en su mundo, bajo sus reglas.
La memoria de la lavanda es una fotografía de lo que nos puede pasar a cualquiera, y de hecho, nos pasa. Además, en esa instantánea, tarde o temprano, salimos todos retratados. Y como en toda fotografía, a uno siempre le da la impresión que falta alguien pero también sobra alguno. No es casualidad que Lena sea una fotógrafa retratista, que sepa captar en cada expresión del rostro que tiene enfrente cómo es realmente esa persona y lo que ha sido, que sepa leer en él como si se tratara de una mapa que, siguiendo sus indicaciones, le llevará al lugar que quiere. Es algo que Lena también lo aprendió de su padre, un inspector de policía – otra de sus grandes pérdidas–, que siempre le decía que mirando a una persona a los ojos, al final de su mirada, podías encontrar sus secretos mejor guardados.
¿Cuáles son los temas que la inspiran y la motivan a escribir?
La vida real, eso es lo que me inspira. Todas mis novelas están basadas en historias reales o inspiradas en hechos reales. Mi faceta de periodista creo que me empuja a ello. Siempre he pensado que la realidad supera la ficción. Me gustan las historias de personas normales en situaciones extraordinarias y esas historias son las que reflejo en mis novelas.
En su obra hay importantes personajes femeninos que se manifiestan en toda su dimensión emocional. ¿Por qué elige protagonistas femeninas?
No elijo protagonistas femeninas ni protagonistas masculinos. Elijo historias que me llamen la atención, que sean dignas de ser contadas y conocidas, independientemente de quién las protagonice. No es algo premeditado que las protagonistas sean mujeres. Lo importante son las historias que se cuentan. En la trama que se narra en mis novelas, esas protagonistas mujeres no tendrían sentido sin el resto de protagonistas masculinos.
En Un Burka por amor, trató un tema de la vida real, ¿Cuál fue la importancia de contar la historia de María Galera para exponer una situación de la revolución talibana?
En Afganistán, no hubo ninguna revolución talibana. Hubo una guerra que ganaron los talibanes y eso significó la desaparición de los derechos más elementales de la mujer. Es cierto que gracias a Un Burka por amor muchas personas, empezando por mí, descubrimos la realidad que viven las mujeres en países como Afganistán, y la verdad que esconde el burka, el terrorismo yihadista y una tergiversada e interesada interpretación del islam. Un burka por amor se publicó hace 12 años y entonces el conocimiento de palabras como yihad, niqab, hijab o burka no estaba tan extendido como ahora. Si la novela sirvió para conocer esa realidad y poder denunciarlo, me alegro.
Prefiere escribir sobre la realidad o la ficción o tal vez una mezcla de ambas
En mis novelas, ficción la realidad, que yo creo que es lo que, en realidad, hacemos siempre los escritores. Escribir sobre temas que nos afectan a todos o nos pueden llegar a afectar, siempre despierta más empatía en el lector.
¿Cuál es el mejor momento para escribir?
Cualquier momento es bueno para escribir, sobre todo si tienes que hacerlo. No tengo especiales manías sobre horarios o lugares para ponerme a escribir una historia. Me apetece siempre en cualquier lugar y a cualquier hora.¿Qué autores le gusta leer?
Hay muchos autores que me gustan, desde Dostoievski, Oriana Fallaci, Ángeles Mastretta, Roberto Saviano, García Márquez… infinidad. Leo mucho y leo a muchos. Soy una gran lectora. Empecé a leer cuando era muy jovencita y desde entonces, no he parado. Creo que antes que escritora, soy lectora.
¿Prefiere leer de forma tradicional o en digital?
Lo importante es leer, no importa en qué soporte se haga, eso ya depende de la disponibilidad, del espacio o de las preferencias de cada uno. Yo prefiero tener el libro en papel, me gusta tenerlo en las manos, el olor de las páginas,… pero eso depende de cada lector.
Considera que las escritoras están en desventaja con relación a los escritores por los estereotipos históricos.
No. Al menos en nuestros días, no creo que sea así. No soy partidaria de hacer distinciones sobre el género del autor ni de mucho menos hablar de literatura femenina o masculina. Creo que hay literatura buena o mala, independientemente de quien la escriba. Hay autoras que venden más que los autores, y viceversa. Depende de cada caso.
¿Qué le ha parecido la adaptación audiovisual de su novela Un burka por amor?
Partiendo del hecho de que una cosa es el lenguaje literario y otra bien distinta es lenguaje audiovisual, creo que mientras una serie o una película respete el alma y el espíritu de la novela, está bien. Yo estoy satisfecha con la adaptación audiovisual que se hizo de Un burka por amor. El libro funcionó muy bien, con más de millón y medio de ejemplares vendidos, traducidos a varios idiomas como el alemán, el turco, el italiano, polaco, albanés, etc.. y la serie de televisión se convirtió en la ficción más vista del año 2009 en la cadena de televisión donde se emitió, con lo cual, todo salió muy bien. Ahora se está rodando la adaptación audiovisual de La Infiel, y espero que funcione igual de bien o mejor.
¿Hacia dónde se dirige su próximo proyecto literario?
Eso nunca lo cuento antes de tiempo. Pero es una historia que estoy deseando que se conozca. Va a sorprender a muchos. Saldrá el año que viene, en 2020.
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