Rumor entre el polvo y lo desempolvado

Me dispuse a buscar en mis libros algo sobre la explicación de lo que somos, de qué estamos hechos, de dónde venimos, para dónde vamos, quién es el otro, qué es el universo. Y, para mi sorpresa, encontré más, muchas más respuestas de las que recordaba, como suele suceder cada vez que entro a un libro a preguntar. Veamos. Hay quien dijo que estamos hechos de barro y que nos mantenemos en pie gracias a un soplido divino, y que además estamos hechos de una costilla de la que nació la primera mujer, nuestra primera madre; otros, que somos una parte de agua y otra de no agua, como el planeta, y que también como él, poco a poco disminuimos tal proporción por la cantidad de habitantes que, a su vez, también están hechos de agua y de no agua y son habitados por cosas hechas de agua; otros que es gracias a los impulsos eléctricos que nos mantenemos vivos y, sobre todo, no muertos; también se menciona una parte del universo, y que somos nada más que polvo cósmico que va y viene por ese espacio infinito que muchos de nosotros delimitamos en una simple palabra finita; y otros, cómo no haberlo hallado, que somos dioses de nosotros mismos, y que estamos hechos del amor que somos capaces de darle a otro. Estas nada más, por mencionar apenas unas pocas, y porque cada quién ya se habrá ido a su propia biblioteca, o a cualquier libro, el más cercano, el más extraño, el más antiguo o el más empolvado a buscar su propia respuesta, o, por qué no, su propio espacio en blanco, para escribir su propia pregunta.
Decía en principio que se me dio por buscar en mis libros sobre la explicación de lo que somos, de qué estamos hechos, pero no por qué. Pues porque estaba por escribir una nueva explicación en uno de mis relatos. Por suerte me detuve, ya tenemos bastantes sin explicación lógica o sin sustento científico como para agregarle una más. Soy irresponsable, pero no tanto. Y nunca diría que estamos hechos de lo que leemos. Jamás. No estamos hechos de lo que leemos. No. No somos lo que fabricamos adentro de nosotros gracias a la materia prima que viene en forma de palabra. Qué locura. Estar hecho de lo que se leyó. Leer. Como si fuera algo mágico. Quién necesita leer. Pues yo, yo necesito leer, porque estoy hecho de lo que leí, pero es que no vine a hablar acá de lo que estoy hecho sino de lo que dicen que estoy hecho.
Por: Sergio Marentes
0 Comentarios