Si el lector no va a la montaña

lector

Hay una verdad del tamaño de la luna y esta: todos tenemos una montaña gigantesca de libros por leer, así no sepamos sus dimensiones, así no seamos capaces de imaginarlas siquiera. De hecho, mientras más estrambótica nos parezca el tamaño de la montaña, más cerca estaremos de la realidad de su dimensión. Y, por el contrario, mientras más exacta sea su definición, mientras más cerca creamos estar de su cumbre, o que ella esté cerca de nosotros, que no es lo mismo, más equivocados estaremos. Pareciera que se trata de un sano convenio entre esa cifra imposible de alcanzar que es la de libros leídos y la de los pasos hacia la locura. No importa si somos o no lectores, todos tenemos una montaña gigantesca de libros por leer.

Es por eso que cuento, en pocas palabras, porque necesito tiempo para leer, lo que me sucedió. La montaña de mis libros por leer, para mi sorpresa, no vino hacia mí cuando tuve tiempo para leer y la llamé, así que tuve que ir hacia ella sin más herramientas que mis ojos trasnochados y mis pies descalzos. Pero no tardé en dar el primer paso cuando, de la nada, del cielo a lo mejor, de mi imaginación, una voz me dijo que ya había llegado. La montaña gigantesca de libros por leer está en todas partes.

Sergio Marentes21 Posts

Editor y director editorial del Grupo Rostros Latinoamérica. Es poeta y narrador. Lector irredento.

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