Tsundoku: el placer de acumular libros

¿Eres de las personas que cuando miras tu biblioteca, tienes la certeza de que existen muchos libros que aún no has leído? Si la respuesta es afirmativa, seguramente practicas el Tsundoku: el placer de acumular libros.
El origen de la palabra Tsundoku se remonta al inicio del Japón moderno, la era Meiji (1868-1912) y es un juego de palabras. Tsundoku, que literalmente significa ‘pila de lectura’, se escribe en japonés como 積ん読. Tsunde oku significa dejar que algo se apile, y se escribe 積んでおく.
Quienes aman los libros probablemente se identifiquen con este término. SI tuvieras que colocar uno sobre otro, los libros que no has leído, ¿Qué altura alcanzaría esa pila de libros? ¿De cuántos metros sería?
En español
No existe un vocablo en español 100% igual al de Tsundoku, sin embargo, este concepto es muy cercano a «bibliomanía», aunque sin la parte del trastorno acumulativo y más cercano a «bibliofilia» o amor por los libros.
André Maurois dijo una vez que “un lector apasionado debe tener una biblioteca limitada, y releer cada año los mismos libros”. Tal vez hacía una especie de crítica a los bibliófilos apasionados cuyas bibliotecas tienen dimensiones inimaginables y en las cuales se pueden encontrar auténticas joyas literarias y piezas de culto.
Un bibliófilo es esa persona que siente pasión por los libros y, especialmente, por los raros y curiosos. Además, con frecuencia, son coleccionistas de obras literarias, ya sea por erudición académica o por la satisfacción de poseer libros caros, antiguos y raros; primeras ediciones; libros con encuadernaciones fuera de lo común; obras de procedencia reconocida y copias autografiadas.
¿Podría tener un bibliófilo el hábito del Tsundoku? Claro que sí. Muy bien lo decía el escritor argentino Jorge Luis Borges: «Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros».
¿Acaso es un toc?
La tendencia a adquirir y acumular libros de forma compulsiva e incontrolada no se considera una enfermedad mental pero puede ser entendida como un síntoma relacionado con el trastorno por acumulación y con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Será un TOC siempre y cuando produzca problemas que dañan la calidad de vida de la persona, ya sea por grave falta de espacio en casa, la aparición constante de nuevas deudas, falta de vida social, problemas con la higiene por exceso de polvo, etc.
Este concepto de Tsundoku: el placer de acumular libros, también implica una especie de vanidad, de lograr la admiración de otras personas. El hecho de tener grandes paredes llenas de estanterías con libros puede llegar a producir admiración tanto por ser una apuesta fiable como forma de decoración como por exteriorizar las curiosidades e intereses literarios e intelectuales de quien los posee.
Además, hacer ostentación de libros muy caros o raros, como por ejemplo ediciones únicas, ejemplares defectuosos o incunables podría ser visto como una diferenciación clasista, con el fin de legitimar un cierto grado de autoridad sobre los demás.
En su aspecto no patológico, el Tsundoku podría estar asociado a la creencia de que se va a disponer de tiempo para leerlo todo (en el caso de personas que sienten una gran curiosidad por muchos temas o que aprecian mucho el hábito de la lectura por cuestiones de ocio) hasta el interés narcisista por ostentar bienes intelectuales, pasando por el simple afán decorativo.
Librarything
De todos modos si tienes curiosidad por indagar en bibliotecas inventariadas de famosos, la página LibraryThing realiza un minucioso trabajo sobre las bibliotecas de celebridades e instituciones.
Las cientos de bibliotecas registradas de personajes están organizadas por siglos. El ávido lector podrá saber qué libros tenían en sus bibliotecas escritores como Kipling, Hemingway, Kafka, Thomas Mann, C. S. Lewis, W. H. Auden, Scott Fitzgerald, George Orwell, Sylvia Plath o Ezra Pound.
Tsundoku virtual
No podemos referirnos solo a la acumulación de libros físicos, tal vez sería importante considerar que también se tienden a guardar cientos de libros digitales que nunca serán leídos. En el ordenador, las tablets, correos electrónicos, solemos tener demasiadas carpetas que nunca tendremos tiempo de leer. Esto sería el Tsundoku desde el punto de vista digital en la tecnológica sociedad moderna.
«Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior del hogar». Harriet Beecher Stowe
“Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran». André Gide
“Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma”. Cicerón
3 Comments
Rita Urbina
05/11/2019 atMuy buen artículo, me encantó!
Mavipre
14/07/2020 atMuy bueno. Lo guardé. Mi TOC se identifica con este artículo en casi todo.
queleerblog
14/07/2020 atEse TOC lo sufrimos casi todos los lectores. Un abrazo