Yeiber Román: Escribir es un refugio

Yeiber Román nació el 11 de febrero de 1996 en Caracas, día de la Virgen de Lourdes; justo el día en que Juan Pablo II se despedía de Venezuela por segunda vez. Es estudiante de Tecnología Electrónica (TSU) en la Universidad Simón Bolívar (USB).
Resultó ganador del Concurso de Poesía Iraset Páez Urdaneta (2016) y del Concurso de Cuentos José Santos Urriola (2017), ambos de la USB.
A finales del 2018 de la mano de la Fundación La Poeteca, Yeiber publica su primer poemario Los Futuros Naúfragos
¿Qué razón lo motiva a escribir?: Mediante la escritura puedo expresar muchas cosas que en la cotidianidad no me atrevería a decir. Siento mucha libertad cuando escribo.
¿Para usted “escribir” es una profesión o un hobby?: Un poco de ambas, aunque para mí escribir es mi forma de resistencia ante la realidad que me tocó vivir; no sólo la de Petare, sino también la de todo el país. Escribir es un refugio.
¿Qué es lo más difícil de ser escritor?: Sentir que uno se ha quedado sin nada interesante sobre lo que se pueda escribir.
¿Qué le hizo saber que se dedicaría a ser escritor?: Mis clases de Castellano en bachillerato. Me encantaba leer y analizar los textos que nos asignaban en clases, así como conocer un poco sobre los autores. Allí me di cuenta de que, cuando me tocaba escribir algún ensayo o resumen sobre estos textos, lo hacía con mucha dedicación. Disfrutaba mucho esta actividad. Luego empecé a experimentar creando poemas y cuentos y desde entonces no he querido parar de escribir.
¿Tiene alguna rutina para sentarse a escribir?: Generalmente leo algunos poemas del libro de turno antes de empezar a escribir o corregir los míos. Cuando comienzo mi labor, dejo el libro en la mesa para que me acompañe.
¿Tiene alguna musa de inspiración?: En la realidad que me circunda, aun con lo difícil que es, encuentro mi mayor inspiración.
¿Cuáles autores lo inspiraron para escribir?: En general, tres: Wislawa Szymborska, Jorge Luis Borges y Rafael Cadenas.
¿De sus obras cuál ha sido la que más ha disfrutado escribir?: Mi poema La cruz. Aunque es uno de los más dolorosos de Los futuros náufragos, mi primer poemario, haberlo escrito en forma de cruz supuso todo un reto para mí. No sólo se trató de encontrar las palabras adecuadas y contundentes para expresar lo que yo quería; también había que mantener el caligrama. Fue un ejercicio interesante.
¿Qué está escribiendo?: Estoy escribiendo un conjunto de poemas que, quizás, formen parte de un segundo libro.
¿Qué libro le hubiese gustado escribir?: Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Creo que es el libro que más he disfrutado leer en toda mi vida; tanto, que lo he leído varias veces. Es una novela contada de una forma muy poética.
¿Existe el temor frente a la hoja en blanco?: Casi siempre está ese temor, pero en lo que se escribe la primera letra, aun cuando ésta no vaya a formar parte del texto final, dicho temor se pierde por completo.
¿De no ser escritor qué le hubiese gustado ser?: Mi sueño de la infancia y buena parte de la adolescencia fue ser productor de música electrónica. Todavía me gusta fantasear un poco con ello de vez en cuando.
¿Cuál género no se ha atrevido a escribir?: Nunca he pensado en escribir una novela.
¿Cuál autor venezolano recomienda leer?: Rafael Cadenas, sin duda.
¿Cuál es el libro más preciado de su biblioteca?: El más preciado es la Obra Completa de Juan Rulfo, editado por Biblioteca Ayacucho. Además, tengo algunos libros firmados por sus autores. A esos ejemplares les guardo mucho cariño.
¿Cómo es su biblioteca, tiene un lugar especial, un sistema para ordenarlos, cuántos tiene?: Mi biblioteca es bastante desordenada. Sin embargo, una vez escuché a alguien decir que «así lucen las bibliotecas que sí se leen».
Mis libros están en mi cuarto, que sería ese lugar especial, y algunos otros, en la sala, por lo que mi biblioteca no está en un solo sitio.
Nunca he contado cuántos libros tengo, pero sé que son los suficientes para leer como hasta por una década.
¿Recuerda con cuál libro se inició en la lectura?: El primer libro que leí en mi vida fue El vendedor más grande del mundo, de Og Mandino. Fue el libro que me asignaron cuando yo estaba en 6° grado. La lectura fue amena y adecuada para la edad de entonces.
¿Cuál fue el libro qué dejó una huella en ud?: Han sido dos: 1984, de George Orwell, y Paisaje con grano de arena, de Wislawa Szymborska. El primero porque tiene muchas similitudes con la actual situación de Venezuela, y leerlo fue una mezcla entre asombro y miedo; el segundo, porque me regaló muy buenas horas de lectura, además de dos de mis poemas favoritos: «Fin y principio» y «Bajo una pequeña estrella». Me encanta este verso: «que no se enoje la felicidad por considerarla mía».
Un libro para iniciarse en la lectura: Rebelión en la granja, de George Orwell. Ideal para empezar a tener claridad desde muy joven y así pensar a futuro.
Un libro para soñar: Ficciones, de Jorge Luis Borges. Un libro magistral. Mi cuento favorito de esta obra es El milagro secreto, con el que conocí a Borges, de hecho.
Un libro para no leer: No me gustan los libros de autoayuda.
Un libro para leer en el baño: Siempre he considerado que en el baño se leen cosas no tan complejas. Creo que cualquier libro de Bukowski estaría bien.
Libro de papel o electrónico: Los dos, pues lo más importante es la lectura.
¿Recomienda hacer talleres y cursos literarios?: Totalmente. Allí aprendí muchísimo sobre poesía y autores relevantes, y gracias a todo eso fue que pude escribir un libro.
¿Consejos para un principiante en la escritura?: Entender que con lo que primero que se topa un escritor es el rechazo en las editoriales, revistas y concursos. Sin embargo, eso no debe ser un impedimento para dejar de escribir. Más bien debería motivar a seguir escribiendo hasta crear un texto que valga la pena y así lograr ser aceptado. Eso se aprende leyendo a los grandes autores.
Además, si puede hacer talleres literarios con buenos maestros, que aproveche al máximo esas oportunidades.
También aconsejaría siempre tocar puertas como escritor con mucha humildad; nada de ego.

¿Considera que las redes sociales y el boom de la tecnología ayuda para la promoción de la literatura?: ¡Claro! Gracias a la tecnología y las redes sociales han surgido propuestas geniales como @TeamPoetero, @AutoresVzlanos y muchas más; revistas digitales en las uno puede probar suerte con algún texto o descubrir a buenos autores contemporáneos; leer una infinidad de obras grandiosas. Gracias a Internet he podido leer libros que no se venden en las librerías venezolanas.
Con las redes sociales uno puede seguir a un autor preferido y sentir que se establece cierta conexión personal. Incluso así se puede descubrir qué es lo que está leyendo dicho autor, y uno conoce muchos buenos libros, por lo que se crea una cadena infinita de literatura.
¿Qué le falta a su obra?: Le falta alegría. Supongo que en mí residen los versos de Hanni Ossott: «¿Qué es ser poeta? / Llorar. / Llorar. Infinitamente».
¿Qué tan biográfica termina siendo su obra?: En cada texto que escribo siempre coloco una pequeña parte de mi vida; algunas veces aparece de una forma más explícita que otras.
¿Cómo se conecta con el lector?: Si el lector se conmueve al menos un poco con uno de mis poemas, y al final de la lectura queda inquieto, habré logrado el objetivo de conectarme con él.
Foto de: Alfredo Terán
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